Tú mi recuerdo...
Piensas...
¿Piensas en mí?
puedo verte caer,
sintiendo tu miedo,
tu voz fría palpita, raspa, quema.
¡Ya!... ¡Por favor ya!
¡Deja de sentirme!
Deja de mirarme, de pensar que para ti
yo soy la luna y tú la tierra.
Pisando las hojas viejas
de un pasado que alguna vez
escribimos los dos juntos
como una sola alma, ahora
solo me queda decir...
Viendo como mi voz adelgaza
ante tu presencia
puedo sentir tu propio miedo,
el mismo que sentí cuando
me di cuenta de que no me amabas.
Pasamos de frente
al sol, al mar, a la nada
a aquella banca caída después de tantos
días en los cuales nos vio ser felices,
frente aquel sendero que nos vio caminar...
pasamos frente a frente sin decir nada.
¿Sabes amiga?...
"¿Sabes amiga?
tengo algo, que contarte
hace poco conocí el amor
y no se, si tú lo sabes
me lo enseñaron tus ojos
tu risa, y tus palabras suaves.
¿Sabes amiga?
que yo te sueño
que estoy lleno de recuerdos
en mis momentos, te tengo
no, tú no lo sabes
ni te imaginas siquiera
que se nublan mis ojos
tan solo al nombrarte.
A veces siento amiga
que te quiero
como nunca antes
y quisiera ir a contarte
pero, tengo que retener
mis ansias soy tu amigo,
aunque nací para AMARTE"...
Te estaré esperando…
No borraré el dulce sabor de tus besos
y tus caricias de mi cuerpo.
¡No me pidas eso!
No me pidas que te olvide, porque no quiero,
no me pidas que no te ame, porque no puedo.
No me digas que vas a marcharte
no tienes que hacerlo.
Si vas a irte, vete,
pero, no me digas que te estoy perdiendo.
No me asesines de esa manera,
déjame vivir con tu recuerdo,
vete tranquila y no digas nada.
De verdad, no es necesario yo te comprendo
y porque te amo, te permito hacerlo.
Vete, vete sin remordimientos,
por mí no te preocupes
sabré mantenerme vivo soñando tu regreso
y cuando estés lejos...
¡Cuando no halles otros labios como los míos
incansables de besarte!
¡Cuando comprendas que tú y yo somos uno,
que nos pertenecemos!
¡Cuando comprendas que nadie como yo
podrá amarte ni te ha amado!
Cuando la cruz de la tristeza
empiece a doblegarte el alma
¡Regresa amor mío!
Que amándote igual o más que el primer día.
¡Con los brazos abiertos…te estaré esperando!
¡Olvidé decírtelo!...
Amor:
Esta carta es una carta que ningún hombre desearía escribir, pero tengo bastante suerte al tener tiempo para expresar lo que he olvidado decir muchas veces.
Te amo…
Solías decir que amaba más al trabajo que a ti, porque pasaba más tiempo en él. Amo este negocio, pues ha sido bueno conmigo, me ha acompañado en mis ratos de soledad y en momentos difíciles…siempre he podido contar con él. Nunca me falla.
¿Deseas saber algo? Te amo por los mismos motivos. Me has acompañado en los momentos difíciles y en los lugares intrincados.
¿Recuerdas la primera salida? Ese día que comimos y platicamos por primera vez de nosotros y la forma en como dos extraños se conocían. Recuerdo la cena, recuerdo que no te comiste todo, pero lo que mas recuerdo es tu sonrisa.
Recuerdo que me lamentaba del trabajo, de la jefatura, pero no recuerdo que alguna vez te hayas quejado cuando llegabas a casa cansada del trabajo, cuidar a tus niños y tener que esperarme hasta altas horas de la noche.
Si te quejaste, supongo que no te escuché. Estaba demasiado ensimismado en mis problemas para pensar en los tuyos.
Ahora pienso en todas las cosas que dejaste por mí: la ropa, las salidas, fiestas, amistades.
Nunca te quejaste y, de alguna manera, nunca recordé darte las gracias por ser tú.
Cuando me iba a jugar o con amigos, siempre hablaba de mi negocio, mis pagos. Creo que olvidé que eras mi socia aunque no estuvieras conmigo. Fueron tus apoyos morales los que lograban día con día que las cosas salieran bien.
Me sentía orgulloso de ese trabajo, de esa máquina y alardeaba. También estaba orgulloso de ti, pero nunca te lo dije. Di por hecho que lo sabías, pero si hubiera pasado tanto tiempo hablando contigo, como el que pasaba en la empresa, tal vez te lo habría dicho.
Durante todo este tiempo que hemos estado, siempre supe que tu pensamiento me acompañaba ¿y te digo algo? Me alegraba. Sin embargo, en esta ocasión no fueron suficientes.
Estoy triste y me duele, creo que recorrí mi último tramo contigo y deseo decir las cosas que debí haber dicho hace mucho tiempo. Las cosas que quedaron olvidadas, porque estaba demasiado preocupado por el negocio y el trabajo.
Pienso en las citas y los cumpleaños en que estuve ausente, en los momentos que te quedaste sola porque mi trabajo no me permitió estar.
Pienso en las noches solitarias que pasaste sola, preguntándote donde estaba y como iban las cosas. Pienso en todas las veces que pensé llamarte solo para decirte hola y que no lo hice. Pienso en la paz interior que tenía al saber que tú estabas bien después de una llamada.
Pienso en las cenas en la que dedicabas todo tu tiempo, para explicar porque yo no había podido asistir.
Yo estaba ocupado trabajando, de compras o durmiendo, porque habría trabajado durante la noche y estaba cansado. Siempre había motivos, pero ahora no me parecen muy importantes.
Cuando nos conocimos no permitía que me acompañaras al trabajo, con el tiempo te convertiste en una buena compañía, me ayudabas con tus pláticas, me sentí muy orgulloso cuando estabas conmigo ahí.
Me sentí orgulloso de ti cuando llegué a tu casa una noche y me recibiste hermosa como siempre, sin importar si eran las 12 de la noche o del medio día. Siempre te consideré una estrella de cine. Eres hermosa. Creo que no te lo dije últimamente, pero lo eres.
Cometí muchos errores en mi vida, pero si alguna vez tomé una buena decisión, fue cuando te invité a cenar la primera vez. Nunca pudiste comprender lo que me mantenía tanto tiempo en el trabajo. Yo tampoco, pero era mi forma de ganarme la vida y estuviste a mi lado. Siempre estuviste allí, en los buenos momentos y en los malos momentos.
Te amo.
Me duele el cuerpo, pero el corazón me duele aun más. No estarás aquí cuando te necesite. Por primera vez desde que estamos juntos, estoy en verdad solo y eso me atemoriza. Te necesito mucho y se que es demasiado tarde.
Supongo que resulta gracioso, pero lo que tengo ahora es mi trabajo. Este maldito trabajo que gobernó nuestras vidas durante tanto tiempo. Este pedazo de tiempo en el que estuve mucho. Sin embargo no puede devolverme el amor. Solo tú puedes hacer eso.
Te encuentras lejos de aquí, pero te siento aquí conmigo. Puedo ver tu rostro, sentir tu amor y me asusta quedarme solo.
Recuerda que siempre estarás en mi mente, como lo mejor que me ha pasado en la vida.
Creo que es todo, te amo mucho.
Cuídate y recuerda siempre que te amo más que cualquier cosa en la vida. Solo olvidé decírtelo.
"Fuego Sagrado"…
Amor que te fuiste para no volver.
Siempre estás conmigo,
aquí a mi lado.
Te veo en el agua muy clara del lago,
en los rayos dorados
del Sol que me abrasa.
En las noches claras, cuando en el cielo
todas las estrellas, entregan su luz,
y una sobre todas, parece decirme:
¡Te estoy esperando!
Más yo le respondo
que pronto será.
Mientras tanto sigo alimentando
con tu voz tan calma,
con mi amor y mi alma,
este fuego intenso, que encendió el amor.
Pero te aseguro, que mientras en el mundo
una alondra cante y florezca un jazmín
El "fuego sagrado" nunca tendrá fin,
ese fuego tuyo y mío por siempre.
Perdido en tus brazos…
Esta noche quisiera
perderme en tus brazos,
que me arropes como nunca
lo he imaginado.
Quiero escuchar tus suspiros
cuando me dices, te amo
quiero tomar la forma de tu cuerpo,
llevarte a soñar conmigo
y muy callado decirte,
¡Cuanto te deseo!
Y olvidar, todo lo que nos rodea.
Esta noche quisiera
ver a través de mis sueños
cuanto es tu amor por mí,
cuanto es mi amor por ti.
Esta noche quisiera,
que te quemes en mi hoguera que es
un volcán cuando te acercas a mí.
Tu pasión me desborda,
y me llevas hasta tu cuerpo.
Te busco incesantemente
hasta encontrar tu alma,
allí en lo más profundo
quiero llegar esta noche.
Esta noche quiero soñar,
nuestras realidades,
solo contigo quiero.
Que bello será amor,
encontrarte al final de este viaje
y que me lleves junto a ti
hasta la eternidad.
Solo tú despierta en mí,
estos pensamientos,
esta noche, quisiera
perderme, entre tus brazos.
Últimos versos…
Busqué en caídas adversas
tu reflejo en el crepúsculo.
Encontré el sabio consejo,
el beso del olvido.
Ven a mi estatua de miel y sal,
entre tus recuerdos mi angustia ha de llorar.
Mi voz uniré al lamento del viento,
surcaré en silencio las sombras del ocaso.
Intento hablarte amante distante,
surcadora de estrellas,
creadora de soles.
Quiero tocarte, robarle una sonrisa al cielo.
Intento llamarte alma lunar,
pero, el aire me ha abandonado,
al igual que la luz al despertar.
La esperanza palidecía, como una noche sin sueño.
Son los últimos latidos
que por ti nacen amor,
son los últimos suspiros
que escapan por tu dolor.
Son las últimas lágrimas
que le regalo a tu ausencia,
las últimas sonrisas
que verás en las estrellas.
Son estos los últimos versos
que te escribo
a ti, mi musa, mi amor,
mi melancolía, mi dolor.
Libero tu recuerdo al vacío,
al abandono.
Mis pulmones se secan
por el aire que cae de tu olvido.
Mis palabras se pierden con el lamento silente
del epitafio de tus risas.
Mi mente traspasa muda el abismo
y abraza a la oscuridad en un minuto eterno.
Mi alma se estrelló con el asfalto,
mis ojos atascaron el agua oscura
de la desolación,
desaparece el tiempo, te dejo escapar, recuerdo.
Mi mirada sigue el rumbo doloroso
de las gaviotas errantes al atardecer.
Te dejo ir promesa del cielo,
mientras se marchita mi esencia
en el último ocaso
de mis versos, de tu corazón, de mi poesía.
Cae en silencio mi amor,
recuéstate sobre el horizonte de mis ojos.
Se desmaya en un segundo mi pasión
y muere en la eternidad mi corazón.
Aún...
Aún sin haber visto su rostro... ya la veía con aquellos ojos que ven hasta lo invisible, que son los ojos de mi alma, mi mente y mi tierno corazón...
Aún sin haber oído su voz... amaba todo lo que ella decía...
Porque aún sin saber nada de ella... la he dejado entrar a las puertas de mi corazón y no la dejaré salir... a menos que ella lo pida...
Y sé que no lo hará... porque al igual que yo...ella me necesita tanto como yo a ella...
Porque los dos somos uno... ambos nos complementamos, tanto el uno para el otro...
Porque tú eres la flor que llena mi jardín...
Y porque no soy el mar, si ella no es el agua que me llena con su amor...
Porque yo soy el fuego, pero ella es mi calor...
Y porque yo soy el amor... pero ella es mi gran fuente de inspiración...
Eternamente mi amada…
Te veo... y la dulzura de tus ojos
aún le da alegría a mi corazón.
Y aunque sé que debo olvidarte
no puedo dejar de amarte
y atesorar cada instante
que con amor puedo mirarte.
Y es que la ternura de tu rostro
ha dejado una huella imborrable en mi corazón
y no puedo por más que lo intente
sacar tu recuerdo de mi mente
para dejar de quererte.
Porque tu esencia está en el aire que respiro
y eres tú el sol que tanto admiro,
eres por quien miro al cielo y suspiro
mi más bello anhelo
y el dulce sueño por el que deliro.
Y aunque mi dulce amor no sea correspondido
amarte por siempre te he prometido,
serás por siempre la que mi corazón ama
mi único amor y eternamente mi amada.
No existe distancia…
"Que la distancia no importa".
"Que no hay nada que saque este amor
que sentimos uno al otro",
Estas son tus palabras corazón...
También siempre me dices:
"Amor... siempre pienso en ti..."
Simples frases tan sencillas
que me hacen estremecer de la emoción.
"Que debo de tener paciencia...
que el día llegará".
"Que siempre estaremos juntos...
a pesar de que nos separa un mundo".
"Que me quieres, que me extrañas"
Y yo te amo... y pienso en ti cada mañana
cada tarde, cada noche,
cada momento de mi vida
siempre estás presente tú...
Y a pesar de estar tan lejos
yo te siento cerca mío
y en este amor que sentimos...
no existe distancia ni olvido
simplemente nos amamos
como si estuvieras conmigo
y yo contigo...
Solo y sin sueños…
Cuando te arde el pecho y te quema la sangre de dolor...
¿Cómo se sigue?
Cuando se destrozan tus ilusiones,
¿Y caen en cascada desde el corazón?
¿Cómo se hace?
Difícil creer en curarme del desamor,
difícil pensar que me van a amar...
Cuando todo lo que soy lo dejé en su mano
Y apretó su puño hasta estrangular mi vida entera.
Solo, solo quiero estar conmigo,
la desesperación supera mis propios límites
se agudiza con cada respiro
y se mezcla con el oxigeno.
Caigo al vacío desde su frente,
mirando desde ahí arriba como me desplomo en sus pies,
y aun así, burla mi amor, diciendo absurdos te amo
y fuerza su voz en gritos que aturden la paz de mi amor.
Ese amor que se quedará inmóvil del otro lado de la luna
ahí donde nadie nunca más podrá hallarlo,
dormido... pero sin sueños.
Ya no me basta…
Ya no me bastan tus besos
muy temprano en la mañana,
ya no me basta abrazarte
unos minutos con calma,
ya no me basta mirarte
de reojo cuando me hablas.
No... Ya nada de eso me basta.
Quiero saberte muy mía
que soy solo yo quien te ama,
que no hay nadie más en tu mente,
que en tu corazón soy quien manda,
que solo quieres tenerme,
que no piensas en más nada
que mis besos son el río
que calma la sed de tu alma,
que mi cuerpo es todo tuyo
aunque me sientas lejano
que mi corazón suspira
por estar a ti abrazado
sentir tus manos ardientes
acariciarme con ganas.
Oh... Santo Dios que me has hecho
que me tienes tan desquiciado.
Te amo tanto amor mío
que yo sin ti no soy nada.
Si fueras mía…
Si pudiera deslizarme por el cielo
una estrella de brillante te traería,
y para adornar tu cabellera
de diadema el arco iris te daría.
Si tu fueras mi reina
tu esclavo fiel sería
y postrado a tus pies,
yo mil besos te daría.
Si yo pudiera pasearte por el cielo
entre mis brazos yo te llevaría,
formaría un lecho de luceros
y allí te imploraría fueras mía.
Si tú fueras mía
sería linda fantasía
y en coro las estrellas
una canción de amor entonarían.
Si un día sucediera, reina mía
que mi sueño fuera realidad,
lucharía con todita mi alma
para darte toda la felicidad.
Si algún día fueras mía,
mi corazón yo te daría
y entre risas de alegría
tú serías mi linda fantasía.
Desnuda amazona…
Me gusta pensarte, desnuda amazona,
cabalgando una lluvia que cae del suelo al cielo,
en los viajes que se repiten interminables
mientras inundas tu misteriosa oscuridad.
Me gusta saber que provocas
un nido de mariposas
que nublas mi cara sembrando raíces
en los suspiros que anuncian
dulces agonías.
Tengo que hablar y decirle
al viejo puente cerca del mar
que sueño con esa gaviota que pesca el amor
y descansa mojada esperando
que pase el amanecer.
Espero el tiempo de vivir
en las horas que sudan el olor de tu carne
y dejar libre la tentación
de sentirte, besarte y amarte
en los hemisferios
que descubiertos a mordiscos y besos
me dibujarán el camino al sur
donde lloverá al compás de mi deseo.
Niegas y lastimas…
Tus ojos discretos
me susurran que me amas,
tus palabras me lastiman
robándome la calma.
Tus caricias tímidas
que niegas que existieron,
quedaron en mi piel
y todavía las recuerdo.
Tus palabras continúan
como un eco en mi mente,
se repiten, me confunden
no conozco lo que sientes.
Cierro mis ojos
me invaden recuerdos,
me inundan palabras
me lleno de sueños.
Los segundos duran horas
las semanas, segundos,
el tiempo ya no pasa
ni tampoco gira el mundo.
El cielo ya no siente,
el mar ya no respira,
el desierto no descansa,
todo el mundo nos mira.
Me robaron las noches,
me encuentro sin sonrisas,
ni siquiera tengo lágrimas
estoy herido y de rodillas.
Carta de amor a KEAM: La casa de las flores…
Recuerdas? Te conocí un día en que los dos buscábamos lo mismo: una mirada nueva que nos mirase, una presencia nueva donde enredar ilusiones perdidas. Me regalaste una foto y te comenté que tenías cara de cabrachica demasiado seria, de persona que siempre se ajustó al guión, de quien nunca se espera que falle.
Y así comenzó todo: con unos mismos deseos y una foto que yo coloqué en un rincón de mi computador, junto a una carpeta llena de flores virtuales. La nuestra fue una aproximación lenta, de correos casi diarios, un paso a paso sin demasiados convencimientos, un querer pero no decidir...
Muy despacio llegaron tus confesiones: un marido que había olvidado navegar en tus ojos, un cyber amor que te abandonó sin decir adiós, un hombre que te llama con frecuencia por teléfono desde muy lejos... Llegaron fotos nuevas y así descubrí que tenías un cuerpo menudo y agradable, un cálido refugio donde anidar nuevos deseos.
A veces, mientras pensaba en ti, miraba tus fotos con curiosidad. ¿Eran aquellos ojos donde yo navegaría algún día?, ¿Eran aquellos brazos los que me abrazarían?, ¿Eran los pechos tiernos que buscarían mis caricias?, ¿Eran el vientre y los muslos que acogerían mis deseos?
Así llegaron nuestras primeras citas, encuentros breves con el tiempo justo para tomar algo y tratar de asegurarnos de que éramos quienes decíamos ser. Pasaron los meses despacio, sin sobresaltos, un tiempo lento en el que íbamos construyendo un espacio para nosotros.
Un día, cuando miraba tus fotos, me di cuenta que la carpeta de flores se había abierto sola y unas cuantas se asomaban y se paseaban por la pantalla del computador.
Desde entonces, me las encontraba en cualquier parte en cuanto encendía el aparato. Surgían en cualquier rincón cuando trataba de leer el periódico digital, se metían en los correos que escribía a los amigos, se colaban en los programas que utilizaba en el trabajo, aparecían al abrir cualquier archivo...
Mientras trataba de hilvanar contigo conversaciones inacabadas en el Messenger, las flores de deslizaban fuera de su carpeta llenando todos los archivos abiertos, ocultaban el puntero del ratón e inundaban la ventana de conversación.
Yo te contaba cómo aumentaba mi amor y las flores se multiplicaban; te escribía cómo aumentaba mi deseo y las flores me miraban desde todos los rincones de la pantalla; te decía como suspiro por tu labios y las flores formaban una cortina de colores; escribía cuánto te echo de menos y un arco iris de flores iluminaba mis letras...
Un día, mientras trataba de escribirte pálidas líneas donde reflejar lo que te quiero, una luz intensa iluminó la habitación y me cegó por completo. El computador pareció cobrar vida y comenzó a escupir flores de todas las clases, flores reales, flores de todos los tamaños y colores.
Flores que se metieron en todos los muebles de mi oficina, atestaron los cajones, tapizaron las paredes, cubrieron las cortinas y los visillos de las ventanas, inundaron armarios metiéndose en los bolsillos de las ropas y entre las hojas y los lápices, se deslizaron por los enchufes provocando cortocircuitos, se metieron en las cañerías, se desparramaron en la cocina llenando el frigorífico y reventando la vajilla, ocultaron bajo un manto las puertas de toda la oficina...
Una lluvia de pétalos de todos los colores se abatió sobre el edificio entero, cubriendo el tejado y los patios de luz, dejando un perfume intenso que podía percibirse al otro extremo de la ciudad…era Channel n.5. Cuando aquel destello de luz desapareció me encontré solo, en medio de un océano de flores que olían a ti.
BUENAS NOCHES A TODOS
Piensas...
¿Piensas en mí?
puedo verte caer,
sintiendo tu miedo,
tu voz fría palpita, raspa, quema.
¡Ya!... ¡Por favor ya!
¡Deja de sentirme!
Deja de mirarme, de pensar que para ti
yo soy la luna y tú la tierra.
Pisando las hojas viejas
de un pasado que alguna vez
escribimos los dos juntos
como una sola alma, ahora
solo me queda decir...
Viendo como mi voz adelgaza
ante tu presencia
puedo sentir tu propio miedo,
el mismo que sentí cuando
me di cuenta de que no me amabas.
Pasamos de frente
al sol, al mar, a la nada
a aquella banca caída después de tantos
días en los cuales nos vio ser felices,
frente aquel sendero que nos vio caminar...
pasamos frente a frente sin decir nada.
¿Sabes amiga?...
"¿Sabes amiga?
tengo algo, que contarte
hace poco conocí el amor
y no se, si tú lo sabes
me lo enseñaron tus ojos
tu risa, y tus palabras suaves.
¿Sabes amiga?
que yo te sueño
que estoy lleno de recuerdos
en mis momentos, te tengo
no, tú no lo sabes
ni te imaginas siquiera
que se nublan mis ojos
tan solo al nombrarte.
A veces siento amiga
que te quiero
como nunca antes
y quisiera ir a contarte
pero, tengo que retener
mis ansias soy tu amigo,
aunque nací para AMARTE"...
Te estaré esperando…
No borraré el dulce sabor de tus besos
y tus caricias de mi cuerpo.
¡No me pidas eso!
No me pidas que te olvide, porque no quiero,
no me pidas que no te ame, porque no puedo.
No me digas que vas a marcharte
no tienes que hacerlo.
Si vas a irte, vete,
pero, no me digas que te estoy perdiendo.
No me asesines de esa manera,
déjame vivir con tu recuerdo,
vete tranquila y no digas nada.
De verdad, no es necesario yo te comprendo
y porque te amo, te permito hacerlo.
Vete, vete sin remordimientos,
por mí no te preocupes
sabré mantenerme vivo soñando tu regreso
y cuando estés lejos...
¡Cuando no halles otros labios como los míos
incansables de besarte!
¡Cuando comprendas que tú y yo somos uno,
que nos pertenecemos!
¡Cuando comprendas que nadie como yo
podrá amarte ni te ha amado!
Cuando la cruz de la tristeza
empiece a doblegarte el alma
¡Regresa amor mío!
Que amándote igual o más que el primer día.
¡Con los brazos abiertos…te estaré esperando!
¡Olvidé decírtelo!...
Amor:
Esta carta es una carta que ningún hombre desearía escribir, pero tengo bastante suerte al tener tiempo para expresar lo que he olvidado decir muchas veces.
Te amo…
Solías decir que amaba más al trabajo que a ti, porque pasaba más tiempo en él. Amo este negocio, pues ha sido bueno conmigo, me ha acompañado en mis ratos de soledad y en momentos difíciles…siempre he podido contar con él. Nunca me falla.
¿Deseas saber algo? Te amo por los mismos motivos. Me has acompañado en los momentos difíciles y en los lugares intrincados.
¿Recuerdas la primera salida? Ese día que comimos y platicamos por primera vez de nosotros y la forma en como dos extraños se conocían. Recuerdo la cena, recuerdo que no te comiste todo, pero lo que mas recuerdo es tu sonrisa.
Recuerdo que me lamentaba del trabajo, de la jefatura, pero no recuerdo que alguna vez te hayas quejado cuando llegabas a casa cansada del trabajo, cuidar a tus niños y tener que esperarme hasta altas horas de la noche.
Si te quejaste, supongo que no te escuché. Estaba demasiado ensimismado en mis problemas para pensar en los tuyos.
Ahora pienso en todas las cosas que dejaste por mí: la ropa, las salidas, fiestas, amistades.
Nunca te quejaste y, de alguna manera, nunca recordé darte las gracias por ser tú.
Cuando me iba a jugar o con amigos, siempre hablaba de mi negocio, mis pagos. Creo que olvidé que eras mi socia aunque no estuvieras conmigo. Fueron tus apoyos morales los que lograban día con día que las cosas salieran bien.
Me sentía orgulloso de ese trabajo, de esa máquina y alardeaba. También estaba orgulloso de ti, pero nunca te lo dije. Di por hecho que lo sabías, pero si hubiera pasado tanto tiempo hablando contigo, como el que pasaba en la empresa, tal vez te lo habría dicho.
Durante todo este tiempo que hemos estado, siempre supe que tu pensamiento me acompañaba ¿y te digo algo? Me alegraba. Sin embargo, en esta ocasión no fueron suficientes.
Estoy triste y me duele, creo que recorrí mi último tramo contigo y deseo decir las cosas que debí haber dicho hace mucho tiempo. Las cosas que quedaron olvidadas, porque estaba demasiado preocupado por el negocio y el trabajo.
Pienso en las citas y los cumpleaños en que estuve ausente, en los momentos que te quedaste sola porque mi trabajo no me permitió estar.
Pienso en las noches solitarias que pasaste sola, preguntándote donde estaba y como iban las cosas. Pienso en todas las veces que pensé llamarte solo para decirte hola y que no lo hice. Pienso en la paz interior que tenía al saber que tú estabas bien después de una llamada.
Pienso en las cenas en la que dedicabas todo tu tiempo, para explicar porque yo no había podido asistir.
Yo estaba ocupado trabajando, de compras o durmiendo, porque habría trabajado durante la noche y estaba cansado. Siempre había motivos, pero ahora no me parecen muy importantes.
Cuando nos conocimos no permitía que me acompañaras al trabajo, con el tiempo te convertiste en una buena compañía, me ayudabas con tus pláticas, me sentí muy orgulloso cuando estabas conmigo ahí.
Me sentí orgulloso de ti cuando llegué a tu casa una noche y me recibiste hermosa como siempre, sin importar si eran las 12 de la noche o del medio día. Siempre te consideré una estrella de cine. Eres hermosa. Creo que no te lo dije últimamente, pero lo eres.
Cometí muchos errores en mi vida, pero si alguna vez tomé una buena decisión, fue cuando te invité a cenar la primera vez. Nunca pudiste comprender lo que me mantenía tanto tiempo en el trabajo. Yo tampoco, pero era mi forma de ganarme la vida y estuviste a mi lado. Siempre estuviste allí, en los buenos momentos y en los malos momentos.
Te amo.
Me duele el cuerpo, pero el corazón me duele aun más. No estarás aquí cuando te necesite. Por primera vez desde que estamos juntos, estoy en verdad solo y eso me atemoriza. Te necesito mucho y se que es demasiado tarde.
Supongo que resulta gracioso, pero lo que tengo ahora es mi trabajo. Este maldito trabajo que gobernó nuestras vidas durante tanto tiempo. Este pedazo de tiempo en el que estuve mucho. Sin embargo no puede devolverme el amor. Solo tú puedes hacer eso.
Te encuentras lejos de aquí, pero te siento aquí conmigo. Puedo ver tu rostro, sentir tu amor y me asusta quedarme solo.
Recuerda que siempre estarás en mi mente, como lo mejor que me ha pasado en la vida.
Creo que es todo, te amo mucho.
Cuídate y recuerda siempre que te amo más que cualquier cosa en la vida. Solo olvidé decírtelo.
"Fuego Sagrado"…
Amor que te fuiste para no volver.
Siempre estás conmigo,
aquí a mi lado.
Te veo en el agua muy clara del lago,
en los rayos dorados
del Sol que me abrasa.
En las noches claras, cuando en el cielo
todas las estrellas, entregan su luz,
y una sobre todas, parece decirme:
¡Te estoy esperando!
Más yo le respondo
que pronto será.
Mientras tanto sigo alimentando
con tu voz tan calma,
con mi amor y mi alma,
este fuego intenso, que encendió el amor.
Pero te aseguro, que mientras en el mundo
una alondra cante y florezca un jazmín
El "fuego sagrado" nunca tendrá fin,
ese fuego tuyo y mío por siempre.
Perdido en tus brazos…
Esta noche quisiera
perderme en tus brazos,
que me arropes como nunca
lo he imaginado.
Quiero escuchar tus suspiros
cuando me dices, te amo
quiero tomar la forma de tu cuerpo,
llevarte a soñar conmigo
y muy callado decirte,
¡Cuanto te deseo!
Y olvidar, todo lo que nos rodea.
Esta noche quisiera
ver a través de mis sueños
cuanto es tu amor por mí,
cuanto es mi amor por ti.
Esta noche quisiera,
que te quemes en mi hoguera que es
un volcán cuando te acercas a mí.
Tu pasión me desborda,
y me llevas hasta tu cuerpo.
Te busco incesantemente
hasta encontrar tu alma,
allí en lo más profundo
quiero llegar esta noche.
Esta noche quiero soñar,
nuestras realidades,
solo contigo quiero.
Que bello será amor,
encontrarte al final de este viaje
y que me lleves junto a ti
hasta la eternidad.
Solo tú despierta en mí,
estos pensamientos,
esta noche, quisiera
perderme, entre tus brazos.
Últimos versos…
Busqué en caídas adversas
tu reflejo en el crepúsculo.
Encontré el sabio consejo,
el beso del olvido.
Ven a mi estatua de miel y sal,
entre tus recuerdos mi angustia ha de llorar.
Mi voz uniré al lamento del viento,
surcaré en silencio las sombras del ocaso.
Intento hablarte amante distante,
surcadora de estrellas,
creadora de soles.
Quiero tocarte, robarle una sonrisa al cielo.
Intento llamarte alma lunar,
pero, el aire me ha abandonado,
al igual que la luz al despertar.
La esperanza palidecía, como una noche sin sueño.
Son los últimos latidos
que por ti nacen amor,
son los últimos suspiros
que escapan por tu dolor.
Son las últimas lágrimas
que le regalo a tu ausencia,
las últimas sonrisas
que verás en las estrellas.
Son estos los últimos versos
que te escribo
a ti, mi musa, mi amor,
mi melancolía, mi dolor.
Libero tu recuerdo al vacío,
al abandono.
Mis pulmones se secan
por el aire que cae de tu olvido.
Mis palabras se pierden con el lamento silente
del epitafio de tus risas.
Mi mente traspasa muda el abismo
y abraza a la oscuridad en un minuto eterno.
Mi alma se estrelló con el asfalto,
mis ojos atascaron el agua oscura
de la desolación,
desaparece el tiempo, te dejo escapar, recuerdo.
Mi mirada sigue el rumbo doloroso
de las gaviotas errantes al atardecer.
Te dejo ir promesa del cielo,
mientras se marchita mi esencia
en el último ocaso
de mis versos, de tu corazón, de mi poesía.
Cae en silencio mi amor,
recuéstate sobre el horizonte de mis ojos.
Se desmaya en un segundo mi pasión
y muere en la eternidad mi corazón.
Aún...
Aún sin haber visto su rostro... ya la veía con aquellos ojos que ven hasta lo invisible, que son los ojos de mi alma, mi mente y mi tierno corazón...
Aún sin haber oído su voz... amaba todo lo que ella decía...
Porque aún sin saber nada de ella... la he dejado entrar a las puertas de mi corazón y no la dejaré salir... a menos que ella lo pida...
Y sé que no lo hará... porque al igual que yo...ella me necesita tanto como yo a ella...
Porque los dos somos uno... ambos nos complementamos, tanto el uno para el otro...
Porque tú eres la flor que llena mi jardín...
Y porque no soy el mar, si ella no es el agua que me llena con su amor...
Porque yo soy el fuego, pero ella es mi calor...
Y porque yo soy el amor... pero ella es mi gran fuente de inspiración...
Eternamente mi amada…
Te veo... y la dulzura de tus ojos
aún le da alegría a mi corazón.
Y aunque sé que debo olvidarte
no puedo dejar de amarte
y atesorar cada instante
que con amor puedo mirarte.
Y es que la ternura de tu rostro
ha dejado una huella imborrable en mi corazón
y no puedo por más que lo intente
sacar tu recuerdo de mi mente
para dejar de quererte.
Porque tu esencia está en el aire que respiro
y eres tú el sol que tanto admiro,
eres por quien miro al cielo y suspiro
mi más bello anhelo
y el dulce sueño por el que deliro.
Y aunque mi dulce amor no sea correspondido
amarte por siempre te he prometido,
serás por siempre la que mi corazón ama
mi único amor y eternamente mi amada.
No existe distancia…
"Que la distancia no importa".
"Que no hay nada que saque este amor
que sentimos uno al otro",
Estas son tus palabras corazón...
También siempre me dices:
"Amor... siempre pienso en ti..."
Simples frases tan sencillas
que me hacen estremecer de la emoción.
"Que debo de tener paciencia...
que el día llegará".
"Que siempre estaremos juntos...
a pesar de que nos separa un mundo".
"Que me quieres, que me extrañas"
Y yo te amo... y pienso en ti cada mañana
cada tarde, cada noche,
cada momento de mi vida
siempre estás presente tú...
Y a pesar de estar tan lejos
yo te siento cerca mío
y en este amor que sentimos...
no existe distancia ni olvido
simplemente nos amamos
como si estuvieras conmigo
y yo contigo...
Solo y sin sueños…
Cuando te arde el pecho y te quema la sangre de dolor...
¿Cómo se sigue?
Cuando se destrozan tus ilusiones,
¿Y caen en cascada desde el corazón?
¿Cómo se hace?
Difícil creer en curarme del desamor,
difícil pensar que me van a amar...
Cuando todo lo que soy lo dejé en su mano
Y apretó su puño hasta estrangular mi vida entera.
Solo, solo quiero estar conmigo,
la desesperación supera mis propios límites
se agudiza con cada respiro
y se mezcla con el oxigeno.
Caigo al vacío desde su frente,
mirando desde ahí arriba como me desplomo en sus pies,
y aun así, burla mi amor, diciendo absurdos te amo
y fuerza su voz en gritos que aturden la paz de mi amor.
Ese amor que se quedará inmóvil del otro lado de la luna
ahí donde nadie nunca más podrá hallarlo,
dormido... pero sin sueños.
Ya no me basta…
Ya no me bastan tus besos
muy temprano en la mañana,
ya no me basta abrazarte
unos minutos con calma,
ya no me basta mirarte
de reojo cuando me hablas.
No... Ya nada de eso me basta.
Quiero saberte muy mía
que soy solo yo quien te ama,
que no hay nadie más en tu mente,
que en tu corazón soy quien manda,
que solo quieres tenerme,
que no piensas en más nada
que mis besos son el río
que calma la sed de tu alma,
que mi cuerpo es todo tuyo
aunque me sientas lejano
que mi corazón suspira
por estar a ti abrazado
sentir tus manos ardientes
acariciarme con ganas.
Oh... Santo Dios que me has hecho
que me tienes tan desquiciado.
Te amo tanto amor mío
que yo sin ti no soy nada.
Si fueras mía…
Si pudiera deslizarme por el cielo
una estrella de brillante te traería,
y para adornar tu cabellera
de diadema el arco iris te daría.
Si tu fueras mi reina
tu esclavo fiel sería
y postrado a tus pies,
yo mil besos te daría.
Si yo pudiera pasearte por el cielo
entre mis brazos yo te llevaría,
formaría un lecho de luceros
y allí te imploraría fueras mía.
Si tú fueras mía
sería linda fantasía
y en coro las estrellas
una canción de amor entonarían.
Si un día sucediera, reina mía
que mi sueño fuera realidad,
lucharía con todita mi alma
para darte toda la felicidad.
Si algún día fueras mía,
mi corazón yo te daría
y entre risas de alegría
tú serías mi linda fantasía.
Desnuda amazona…
Me gusta pensarte, desnuda amazona,
cabalgando una lluvia que cae del suelo al cielo,
en los viajes que se repiten interminables
mientras inundas tu misteriosa oscuridad.
Me gusta saber que provocas
un nido de mariposas
que nublas mi cara sembrando raíces
en los suspiros que anuncian
dulces agonías.
Tengo que hablar y decirle
al viejo puente cerca del mar
que sueño con esa gaviota que pesca el amor
y descansa mojada esperando
que pase el amanecer.
Espero el tiempo de vivir
en las horas que sudan el olor de tu carne
y dejar libre la tentación
de sentirte, besarte y amarte
en los hemisferios
que descubiertos a mordiscos y besos
me dibujarán el camino al sur
donde lloverá al compás de mi deseo.
Niegas y lastimas…
Tus ojos discretos
me susurran que me amas,
tus palabras me lastiman
robándome la calma.
Tus caricias tímidas
que niegas que existieron,
quedaron en mi piel
y todavía las recuerdo.
Tus palabras continúan
como un eco en mi mente,
se repiten, me confunden
no conozco lo que sientes.
Cierro mis ojos
me invaden recuerdos,
me inundan palabras
me lleno de sueños.
Los segundos duran horas
las semanas, segundos,
el tiempo ya no pasa
ni tampoco gira el mundo.
El cielo ya no siente,
el mar ya no respira,
el desierto no descansa,
todo el mundo nos mira.
Me robaron las noches,
me encuentro sin sonrisas,
ni siquiera tengo lágrimas
estoy herido y de rodillas.
Carta de amor a KEAM: La casa de las flores…
Recuerdas? Te conocí un día en que los dos buscábamos lo mismo: una mirada nueva que nos mirase, una presencia nueva donde enredar ilusiones perdidas. Me regalaste una foto y te comenté que tenías cara de cabrachica demasiado seria, de persona que siempre se ajustó al guión, de quien nunca se espera que falle.
Y así comenzó todo: con unos mismos deseos y una foto que yo coloqué en un rincón de mi computador, junto a una carpeta llena de flores virtuales. La nuestra fue una aproximación lenta, de correos casi diarios, un paso a paso sin demasiados convencimientos, un querer pero no decidir...
Muy despacio llegaron tus confesiones: un marido que había olvidado navegar en tus ojos, un cyber amor que te abandonó sin decir adiós, un hombre que te llama con frecuencia por teléfono desde muy lejos... Llegaron fotos nuevas y así descubrí que tenías un cuerpo menudo y agradable, un cálido refugio donde anidar nuevos deseos.
A veces, mientras pensaba en ti, miraba tus fotos con curiosidad. ¿Eran aquellos ojos donde yo navegaría algún día?, ¿Eran aquellos brazos los que me abrazarían?, ¿Eran los pechos tiernos que buscarían mis caricias?, ¿Eran el vientre y los muslos que acogerían mis deseos?
Así llegaron nuestras primeras citas, encuentros breves con el tiempo justo para tomar algo y tratar de asegurarnos de que éramos quienes decíamos ser. Pasaron los meses despacio, sin sobresaltos, un tiempo lento en el que íbamos construyendo un espacio para nosotros.
Un día, cuando miraba tus fotos, me di cuenta que la carpeta de flores se había abierto sola y unas cuantas se asomaban y se paseaban por la pantalla del computador.
Desde entonces, me las encontraba en cualquier parte en cuanto encendía el aparato. Surgían en cualquier rincón cuando trataba de leer el periódico digital, se metían en los correos que escribía a los amigos, se colaban en los programas que utilizaba en el trabajo, aparecían al abrir cualquier archivo...
Mientras trataba de hilvanar contigo conversaciones inacabadas en el Messenger, las flores de deslizaban fuera de su carpeta llenando todos los archivos abiertos, ocultaban el puntero del ratón e inundaban la ventana de conversación.
Yo te contaba cómo aumentaba mi amor y las flores se multiplicaban; te escribía cómo aumentaba mi deseo y las flores me miraban desde todos los rincones de la pantalla; te decía como suspiro por tu labios y las flores formaban una cortina de colores; escribía cuánto te echo de menos y un arco iris de flores iluminaba mis letras...
Un día, mientras trataba de escribirte pálidas líneas donde reflejar lo que te quiero, una luz intensa iluminó la habitación y me cegó por completo. El computador pareció cobrar vida y comenzó a escupir flores de todas las clases, flores reales, flores de todos los tamaños y colores.
Flores que se metieron en todos los muebles de mi oficina, atestaron los cajones, tapizaron las paredes, cubrieron las cortinas y los visillos de las ventanas, inundaron armarios metiéndose en los bolsillos de las ropas y entre las hojas y los lápices, se deslizaron por los enchufes provocando cortocircuitos, se metieron en las cañerías, se desparramaron en la cocina llenando el frigorífico y reventando la vajilla, ocultaron bajo un manto las puertas de toda la oficina...
Una lluvia de pétalos de todos los colores se abatió sobre el edificio entero, cubriendo el tejado y los patios de luz, dejando un perfume intenso que podía percibirse al otro extremo de la ciudad…era Channel n.5. Cuando aquel destello de luz desapareció me encontré solo, en medio de un océano de flores que olían a ti.
BUENAS NOCHES A TODOS
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