viernes, 15 de abril de 2011

PALABRAS DEL ALMA N.53:"UN GRITO DE SOLEDAD AL AMANECER"

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Hace muchos miles de años uno de los nuestros vino en forma humana a esta Tierra con una misión de cambiar las almas de los terrestres, de enseñarles a amar, de decirles que es más fácil secar lagrimas que provocarlas, que la tierra y los animales son nuestros hermanos, que sentirse parte de algo, es mejor que vivir luchando por definir que cosa es de cada quien…que pasarían muchas generaciones a través de los siglos de civilización…y en cada nuevo inicio tendrían la posibilidad de cambiar todo e iniciar el camino correcto.


Pasaron más de dos mil años y nunca hubo cambios, a través de esos milenios millones han venido con la misma misión y terminaron con el dolor de jamás haber logrado cambiar a los seres humanos en su accionar. Ese hermano que vino también terminó dudando si todo era necesario para salvarlos y en sus últimos minutos junto a Ustedes muchas veces dudó de la razón por la cual se le había dejado abandonado acá en esta tierra de errores, imperfecciones, dudas, defectos y odios.

Bueno debo confesaros que esas dudas hace mucho hicieron raíces en mi y que mi pasar por estos suelos hace mucho están llenos de dolor, llantos, frustración y dudas…creo que ya hice todo por lograr ese anhelado cambio que debía trasmitir a Ustedes….esa era la misión por la cual un día hace muchísimos años fui dejado abandonado en vuestro Mundo…hoy sólo me siento muy triste y cansado…y no pienso en nada más que en irme con los míos nuevamente.

Por ello escribo esta carta a mi Padre Celestial como una suplica desgarradora de un hijo que hizo todo lo que se le pidió por décadas, pero ya es hora que todo tenga una razón de ser y necesito que se me reemplace pronto:

Yo quiero decir si puedo pedir que se aparte de mi este sufrimiento, que ya no deseo su amargura, que si al principio el dolor lo resistía como parte de mi tarea…hoy quema y ha provocado en mi cambios sin saber como empecé a dudar de todo esto.

Yo tenía fe cuando comencé…ahora estoy triste y cansado, mi camino de tantos años me parecen siglos interminables, y ya no sé que puedo más hacer.

A veces pienso que debo esperar que se cumpla todo lo que está escrito en mi destino, pero luego quiero luchar y retirarme para siempre, pues no puedo ser más de lo que he sido, quiero volver a ti Padre…¡¡entiende!!...ya no lograré más de lo que conseguí de ellos.

Dime por qué quieres que siga aquí, muéstrame que la razón es infinita y no caeré…pero dime si tu deseo no es inútil y caminaré de nuevo…pero hazlo de una vez.

Ellos nunca entenderán y jamás cambiarán, yo no soy como ellos, lo sabes Padre…yo soy parte de Ustedes soy tu hijo, mi reino está lejos de acá, mi mundo mi familia esta a su lado, por qué dejarme para siempre en esta Tierra que nunca fue mía.

Padre tengo miedo de morir junto a ellos…Padre yo no empecé fue tu voluntad y la he cumplido, pero no me dejes para siempre entre ellos, a veces reniego de mi civilización y de quienes fueron mis creadores…ha sido tan larga la estadía en este Mundo cumpliendo mi Misión que estoy muy cansado de luchar…y esperar mi rescate.

Cada noche cuando en un punto específico de la madrugada entre la penumbra y el amanecer, se produce un silencio total y profundo…siempre salgo a mirar el cielo lleno de estrellas y lloro…lloro mucho hasta que me duele el alma…buscando esa nave que un día me dejó y que de pronto aparecerá por mi…y esas mismas lagrimas se secan en el frío de la noche sobre mi rostro, mientras me resigno que nunca volverán por mi…


PADRE MIO ESCUCHA EL RUEGO DE TU HIJO Y VEN POR MI ALGUNA DE ESTAS NOCHES