domingo, 28 de agosto de 2022

PALABRAS DEL ALMA N.102: LAS COSAS APRENDIDAS EN MIS 58 AÑOS

Hoy tengo 58 años y una vida extensa, variada, donde muchas veces no tuvo límites, con una niñez de trabajo y esfuerzo, solitaria y vulnerable en afecto y sentimientos.

Por ello, esta noche escribiré cómo mi visión del mundo y de las relaciones fue cambiando hasta lo que hoy siento y pienso.

1.-Siempre se me exigió y pidió que amara y me entregara por completo por mi madre, familiares, hijos y amigos; que debía preocuparme por la felicidad y el sostén de los demás. Hoy me doy cuenta lastimosamente, que ellos no lo fueron conmigo teniendo una relación sólo de recibir y recibir, pero olvidando el “entregar” ya que nunca se me devolvió nada…ahora he comenzado a amarme más a mí mismo, a no esperar aprobación para tomar un avión y viajar al lugar que quiera, que nadie se morirá si no estoy y, que si sigo quedándome por los demás, seré yo quien muera sin cumplir mis sueños.

2.-Asociado a la anterior reflexión, también me he dado cuenta que “necesito de los abrazos”, de ser y sentirme “vulnerable”, de pedir que me cuiden y no me juzguen…No soy un Superman y el mundo no descansa en mis hombros.

3.-Ahora ya dejé de negociar con vendedores, después de todo, unos pocos pesos no van a hacer un agujero en mi bolsillo, pero podrían ayudar al pobre hombre a ahorrar para las cuotas del colegio de sus hijos como yo lo hacía. Vivir enojado, sólo se traduce en cáncer, úlceras, enfermedades de todo tipo, y muchas veces no sabemos cuál es el límite y consecuencias de una pelea.

4.-Pago al taxista sin esperar el cambio…el dinero extra podría traer una sonrisa a su rostro, después de todo él trabaja muchas más horas que yo y enfrenta el peligro en cada viaje.

5.-Dejé de decirles a los ancianos que esas historias ya las han contado varias veces, como forma de decir cuán inteligente soy. Después de todo, esas historias les permiten caminar por pasajes de felicidad en sus memorias y revivir esos momentos en la actualidad. Además, porque yo ya he comenzado a transitar esos caminos también y mis hijos en más de una ocasión me han señalado que el tema hablado ya lo había mencionado en más de una ocasión.

6.-He aprendido a dejar de corregir a las personas, incluso cuando tengo la seguridad de que se equivocan, ya que no es mi labor la perfección de los demás, sino la mía y ella no me dicta ser un amargado que va por el mundo demostrando que los demás son menos. Siempre la paz será mejor que la perfección y una persona cariñosa vale mil veces más que una persona perfecta.

7.-Doy elogios libre y generosamente, ya que mejora el estado de ánimo de las personas que los reciben y tengo de vuelta las mismas buenas vibras que envío.

8.-He aprendido a no molestarme por una mancha en mi ropa y no vivo pendiente de la “facha”. Después de todo, a esta altura de mi vida nunca me generó grandes resultados, estoy solo a pesar de ser un buen hombre…hoy busco que si existe esa persona que me acompañará en mi vejez, debe enamorarse de mi forma de ser porque lo otro ya se va deteriorando.

9.-Me alejo sin enojo de las personas que no me valoran. Hoy no voy por la vida buscando refuerzos y aprobación de los demás, a mi edad sé cuánto valgo y sólo entregaré mi cariño a quienes estén dispuestos a devolverme lo mismo.

10.-Estoy aprendiendo a no sentir vergüenza por mis emociones y sentimientos. Después de todo, esas son parte de mi humanidad y no reflejan mi poca valentía como hombre, al contrario demuestran que también necesito que me quieran y acompañen en esta etapa de mi vida.

11.-Hoy me alejo del “ego” que rompe las relaciones y te generan soberbia desmesurada. Que el culto de este mal sólo me aleja de los otros sumiéndome en un mundo de soledad que me hace tan triste ahora que soy viejo.

12.-Vivo cada día como si fuera el último de mi vida, y ruego a Dios me permita tantos años como sean necesarios para limpiar mis errores y me encuentre liviano al momento del “rapto” que experimentaremos todos.

13.-Trato de ser feliz todo lo posible que puedo, ya que mi vida la pasé haciendo felices a los demás, creo ya me lo debo ahora que soy viejo, pues nadie lo hará.

14.-He aprendido a valorar los pocos amigos que tengo, porque cada día son menos, no porque me enemiste con ellos, sino porque se me están adelantando a la vida eterna.

15.-También le doy importancia a lo que tengo, más que lo que anhelo, porque lo que tengo es mío: mi vida, mi familia y mis amigos. Lo demás, puede que nunca llegue a poseerlo.

16.-Si alguien me quiere en su vida, deberá ponerme en ella, a mi edad ya no lucharé por un puesto en ningún corazón, llevo muchos años haciendo eso y nunca tuve respuesta de una mujer. Además me quiero y me respeto, no necesitando la validación de nadie.

17.- Sé que los otros no existen para complacerme o para desagradarme…sólo para que su presencia en mi vida sea un aprendizaje para mejorar como persona. Nadie es culpable de lo que siento o lo que no…soy yo quien opta por los sentimientos que tengo ahora mismo, sólo yo.

18.-Aprendo que el arte de vivir sin expectativas, es la clave para no frustrarse y que debemos fijarnos metas alcanzables para poder ser felices.

19.-No tenemos control de nada externo, no importa cuánto creas que lo haces. Libérate de la necesidad de controlar, sólo entonces tendrás dominio sobre ti mismo y tu vida.

20.-Aprendí que no debo alejarme de alguien para intentar “encajar” en el estrecho espacio del pensamiento que el otro tiene para ti. Eso no funciona, ya que cuando te cancelas para complacer a otro, es tu luz la que se apaga.

21.-Abandoné mi orgullo y la ilusión de creer que todo será como quiero, deseo o necesito. Es mejor dejar fluir la vida, abrazando mi humildad y flexibilidad. Todo es fugaz, la vida es una tragedia de cerca, pero una comedia de lejos. En un rato te reirás de los dramas y en otros llorarás por cosas sin importancia, pero todo al final pasará.

22.-La felicidad es una tarea interior, ríete más y no te tomes todo tan en serio. Después de todo, la esencia de la vida es descubrir de esta maravillosa aventura llamada evolución.

23.-Hoy, me acepto tal cual soy, sin juzgarme, acepto mi espíritu con todas sus emociones, esperanzas y sueños: mi personalidad, mi manera de ser. Acreciento e amor a mi persona hasta que todo el sueño de mi vida sea integrado y pueda transitar por caminos nuevos en forma segura y confiado.

24.-Estoy en esa edad donde los jóvenes te miran como a un viejo, y los viejos te preguntan si eres el papá de los nietos que paseas. En esa edad, de la hipertrofia  de próstata, del lumbago lacerante y los molestos achaques. La de libro ya escrito y los árboles ya plantados.

He sido invadido de recuerdos, pero abandonado de los proyectos, de lecturas reposadas, debates sin intensidad, de cerveza controlada por algún médico intruso.

Tengo la edad de las onomatopeyas, de la queja en voz muy baja para no mostrarme e impedir que se burlen por mi edad. Donde mis lectores ya se refieren a mí no por mi nombre, sino como maestro. Tengo esa edad donde las personas que entierro tienen una edad preocupantemente cercana a la mía, son de mi propia generación y ya quedan pocos. Hoy si digo la verdad, no involucro mi futuro ni mi amistad, ni enemigos…