sábado, 4 de diciembre de 2021

PALABRAS DEL ALMA N.95  LA FÁBULA DEL HELECHO Y EL BAMBÚ.

Hace muchos años leí un libro que me regaló mi hija mayor Camila para un cumpleaños y, tenía por nombre “El monje que vendió su Ferrari” de Robin Sharma, que también es una fábula espiritual… y comencé su lectura sin muchas expectativas, pero a medida que lo leía me iba explicando muchas situaciones y cuestionamientos que habían convivido conmigo durante toda mi existencia, hasta el día de hoy mi sueño es un día dejarlo todo y emprender un nuevo camino lejos de todo lo establecido socialmente, lejos de lo “socialmente correcto”, lejos muy lejos de la política y la conveniencia económica, lejos de la dependencia salarial que nos transforma en ovejas subordinadas y obedientes de los pastores dominantes, lejos del ruido y del cemento, hacia un lugar donde la lluvia por fuerte que sea no inunde los prados ya que la tierra la absorba y se fecunde de nuevas plantas con ello, donde no corra por calles herméticas por el pavimento, donde el viento no lo obstruyan edificios gigantes que incluso nos tapan el sol, golpeando fuerte las mejillas y el cabello, lejos muy lejos donde sólo se escuchen los animales y se sienta ese olor a pasto mojado, donde encuentre fresas silvestres en el camino, donde los arboles no estén podados y cercenados por cierras asesinas manejadas por ineptos, donde los ríos corran libres de contaminación, cristalinos y llenos de peces…

En fin el camino que nunca dejaré de caminar, el sueño que jamás olvidaré buscar a pesar que el destino y los años me hayan quitado fuerzas, ese camino que espera por mí en algún recodo del trayecto, sé que lo lograré y Dios me ayudará.

En relación a ese destino soñado, le dejo una Fábula China que me aprendí hace muchos años también.

FÁBULA DEL HELECHO Y EL BAMBÚ

Un día decidí darme por vencido, renuncié a mi trabajo, a mi relación sentimental, a mi vida… y fui al bosque para hablar con un anciano que decían era muy sabio.

“¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido?”. Le pregunté.

“Mira a tu alrededor”, me respondió, “¿ves el helecho y el bambú?”

“Sí”, respondí.


“Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció, su verde brillante cubría el suelo...pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú”.

Después de una pausa, continuó:

“En el segundo año, el helecho, creció más brillante y abundante, y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero aun así no renuncié al bambú”.

Continuó su relato:

“En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú. En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra…pero, en comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante”.

Además, añadió:

“El sexto año, el bambú creció más de veinte metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran…Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir a cualquier adversidad”.

“¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?”. Le dijo el anciano y continuó…

“El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso, sin uno u otro esa belleza no existiría”.

“Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida”, le dijo el anciano y continuó…

“La felicidad te mantiene dulce. Los intentos y esfuerzos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano y resiliente. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante y motivado…”

Si no consigues lo que anhelas hoy, no te desesperes… quizá, sólo estés echando raíces…en un mañana estarás preparado como el bambú…

En los momentos en que sientas que nada de lo que haces está dando frutos y la vida se vaya cuesta arriba; cuando tengas ganas de renunciar a todo, cuando ya no encuentres el sentido a tu caminar, recuerda que quizás solo estés echando raíces para surgir y elevarte firme hacia el sol.

Mi abuela con los años que le daban la tremenda sabiduría para hablarme, ella siempre me decía: “Siempre…siempre apunta al Sol cuando anheles algo, pues si por alguna razón fallas, quedarás entre las estrellas”, eso quiero que entiendan…

Hasta pronto amigos ojalá les sirva esta entrada de hoy, un abrazo.

 

 


 

PALABRAS DEL ALMA N.94:  AMADA HIJA STEPHITTA TE VAS A BARCELONA

Creo que es una de las últimas veces que podré nombrarte Stephitta, ya que ahora eres una mujer y una ganadora que se abre al mundo con la fuerza de un volcán, con carácter y un empoderamiento férreo, quizás te diré así en forma “calladita” cuando vuelvas y hayan más personas, pues para tu papi siempre serás mi conchito bello y orgullo más pequeñito de la familia. Hija hoy estoy muy tarde escribiéndote esta carta y sé que te la entregaré en el aeropuerto cuando tu vueles a tu éxito y a la vida con todas las buenas vibras y deseos de tu padre, que me quedo por un lado muy triste de no verte cada noche y decirte a pesar de tu enojo, por la puerta entre abierta “buenas noches hijita, que tengas lindos sueños” o te diga “te llevo un tecito” o “que vamos a pedir para comer”…sin embargo, también muy feliz que te abras al mundo en esta aventura de un Magister que te hará aún más de excelencia profesional cuando trabajes, y eso te hará tener todo lo que necesites para ser feliz en la vida, esté o no junto a ti. Como dice el libro que te regalo junto a esta cartita y que espero puedas leerlo: “BRILLA WEONA…BRILLA” donde te encuentres, tu luz cubrirá cada rincón donde estés, brilla y ámate y todos podrán ver tu aura iluminada y se enamorarán de tus acciones, proyectos y expresiones, brilla como siempre lo has hecho Stephitta, no dejes que nadie oscurezca tu luz, busca gente buena, gente sin problemas, personas que brillen como tú, no aquéllas que necesitan de ti para brillar, no necesitas a nadie para lograrlo, tu luz es interna y sólo tuya. Cuídate como siempre te lo decía, la mujer inteligente es aquélla que siempre va un paso delante de las situaciones, sé segura en ti misma, pero no pienses que todos los demás son buenos, te encontrarás con “lobos vestidos de ovejas” que te mostrarán una cara de seres angelicales, pero son oscuros y buscarán dañarte, también con personas envidiosas de tu brillantes, tú debes saber identificarlos y no tomar riesgos innecesarios, aléjate de ellos y ellas…el mundo está lleno de personas luminosas y buenas, si te encuentras con personas malas sólo aléjate de ellas y busca la luz.

Mi querida niña, te digo esto porque si te lo decía de frente me iba a poner a llorar y tú te enojarías, preferí mostrarte todo lo positivo para que sepas que te vas junto a mí en espíritu y porque necesitaba decirte tantas cosas, pero creo que los años juntos sólo los dos en casa, ya se dijeron todas las cosas que necesitábamos trasmitirnos, de las buenas y de las malas también, porque la vida es así.

Saber que te vas a explorar un mundo nuevo y que eso te hace feliz, me llena el corazón, pero quedo mudo y con el corazón encogido al verte que creciste tan rápido y te convertiste una tremenda mujer…sé desde el fondo de mi corazón que eres muy capaz, pensando y recordando todo lo que hemos vivido, te acuerdas que muchas veces nos juramos que nadie nos derrotaría, y que los dos enfrentaríamos a todos, y yo te decía “tienes a tu papi, no debes pedirle nada a nadie, yo mientras viva te cuidaré y cubriré tus necesidades…” es cierto y tu marcha no cambia nada, debes saber que siempre renunciaría a todo si tú me necesitaras y que si Dios me diese la bendición de volver a nacer y escoger mi vida, no cambiaría nada de lo vivido y en especial tu nacimiento junto al Matty, escogería cada minutos contigo, los buenos y los que también me hacían tan triste.

Mientras estés por allá, sabes que rezaré cada minuto de mi vida y, aunque no te llamaré muy seguido pues sé que eso te molesta y quieres ser libre, estaré unido a ti en espíritu y caminaré a tu lado, reiré con tus alegrías con amigos, y lloraré junto a ti cuando algo te aflija, estaré en la calle mientras camines por lugares desolados para cuidarte y rogar a Dios porque llegues bien a tu hogar.

Durante este año, sé tomarás las mejores decisiones y en ti estará la decisión de regresar a tu país y tu hogar o seguir buscando tu destino por allá lejos, y siempre tendrás mi apoyo hija y te defenderé contra todos quienes quieran meterse en tu vida obligándote con sus opiniones a sentirte comprometida….NO hija!! Nadie debe meterse en tu destino, para bien o mal es sólo tuyo y espero que si todo va bien como creo, me trasmitas toda tu alegría y logros, pero si no pasa sabes que ya eres una profesional y tu nido está acá junto a tu papi para que vuelvas a sanar tus heridas, reparar tus alas y volver a emprender el vuelo una y mil veces.

Con esta convicción de que será un gran viaje, llévate una maleta vacía y regresa si así lo quieres, con ella llena de experiencias, de mayor madurez como persona, con un carácter más amistoso y sabio, con nuevas ideas y también como no decirlo con todos los errores que todos tenemos y que nos ayudan a evolucionar. Abre esa maleta en Barcelona y recibe los regalos que te entrega la vida y las bendiciones de Dios y el Universo.

Papi te quiere mucho y nunca dejará de esperar por ti, vengas triunfante o derrotada y herida, pues si esas decisiones las tomaste guiada por tu intuición y deseos, no hay nada de que arrepentirse, a brillar de nuevo nomás hija mía. Tu mereces todo y no debes conformarte con menos, pero déjame darte un consejo: El mayor riesgo en la vida es no asumir precisamente esos riesgos…el haberte ido a Europa no te garantiza el éxito, pero si vives con madurez e inteligencia, con honradez y simpatía, perseverancia, constancia y determinación; independientemente de que logres el éxito, estarás apuntando a las estrellas y eso…es tener éxito como persona. Ese “Algún día” que yo tanto repito y que sueño mil cosas a la vez que haré en un futuro (lo que te hace reír tanto), es una de las enfermedades que ha llevado muchos sueños a la tumba junto a sus dueños. Tú no pensaste mucho y te lanzaste a volar, estoy seguro de que si no hubieras hecho esto, dentro de veinte o treinta años, estarás más decepcionada por las cosas no hechas, que por las que decidiste hacer realidad.

Así que…vamos a triunfar hijita, te acompañamos en ese avión todos quienes siempre te apoyamos y cuidamos siempre, tu papi, mamá, hermanos, tus sobrinos, tu abuela Mireya, la rumbita, el junin y el cossa, tus tíos y allá arriba cerca del cielo y del avión, también tu abuela Chichi, el Rodrigo, la Mottita y el Godzillita…



Espero que contestes calladita en tu asiento del avión:

“…Qué no debes olvidar nunca?...Hoy?...” Responde tú y nunca lo olvides hija mía no importa dónde te encuentres te amo y te esperaré aquí por toda la vida que me queda cuidando de tu gatita.