domingo, 5 de noviembre de 2017

PALABRAS DEL ALMA N.76: LOS MILLENNIALS, QUIENES SON Y QUE BUSCAN?

Como les he presentado en este BLOG en muchas ocasiones, existen distintas generaciones de seres humanos que fueron integrados a nuestra sociedad, como forma de cumplir ciertas misiones en la historia del hombre. Así, les hablé en otras ocasiones de los “Niños Índigo”, los “Niños de Cristal” y nuevas generaciones de seres que se diferencian del universo terrestre según características especiales de las cuales están dotados. Todo lo anterior, les permite afectar y modificar la evolución de nuestra especie de acuerdo a ciertos parámetros previamente definidos por el Creador, llámese “creador” aquel que para cada uno sea el artífice de nuestros orígenes.

Hoy, les hablaré de una generación de seres terrestres que nació promediando la década de los ochentas y comienzos de los noventa, que tienen en la actualidad aproximadamente desde los 26 a los 32 años de edad, y que suelen ser fuertemente vilipendiados por la sociedad y generaciones anteriores. Se los encasilla como jóvenes altamente consumidores, competitivos, hijos de las redes sociales y dependientes de la tecnología…es conocida como la Generación del Milenio, y se les llama MILLENNIALS guardando muchas similitudes con la Generación X quienes los antecedieron y que son actualmente los críticos de estos jóvenes.

Si bien es una cuestión de actitud, a grandes rasgos, nacieron entre 1981 y 1995 y en el mercado laboral global llegan a los 2,3 millones. En 2013 cumplirán entre 19 y 32 años y son quienes están marcando el paso de cómo se pensará, producirá y trabajará en el futuro... no tan lejano.

Los mayores son hijos de los baby boomers, y los menores son fruto de quienes forjaron su camino bajo los lemas de la Generación X. Pero en rasgos generales, los millennials están signados por el éxito. ¿Con qué balanza miden sus logros? Según aquello que les produce placer. Para ellas y ellos, lo que importa es disfrutar (y aprender) y los proyectos en que se involucran deben marcar la diferencia. Significar y contribuir en algo.

Ambas generaciones son parecidas, son muchachos que se enfrentan a un peso tecnológico cada vez más desarrollado y cambiante, y que construyen un futuro inesperado para las generaciones posteriores.


Uno de los puntos en común que comparten tanto los millennials como la generación X es, justamente su estrecha relación con la tecnología. Para los segundos es la televisión y los netbook como para los primeros los celulares, tablets y redes sociales. En todo caso ambas generaciones mostraban rechazo por los periódicos y las noticias periodísticas, sino las páginas de retail y de compras de tecnología, zapatillas y ropa moderna, etc.


Los millennials tienen ansiedad financiera como prioridad, están pendientes del movimiento de las acciones, las bolsas financieras y la economía mundial. Muchas personas se preocupan por el dinero en toda época de la evolución del hombre, sin embargo la diferencia de esta generación es que su preocupación llega a las deudas propias y pasar horas en una calculadora financiera para descubrir cómo invertir para hacerse rico en corto plazo. Un estimado del 28% de millennials que trabajan experimentando tanta ansiedad financiera que, de hecho siempre está afectándoles en sus desempeños laborales, siendo el doble de lo que siente la población en general. Además, el 23% de estas jóvenes dicen que el estrés económico los hace enfermar físicamente.

QUÉ PREOCUPA A LOS MILLENNIALS?
Claramente, los más jóvenes tienen mucho que pensar sobre sus mentes, pero se enfocan en: Pérdida del empleo, Ahorros o falta de ellos y en Ingresos o falta de los mismos.

En cuanto al empleo, experimentan la ansiedad de creer que sus mentes innovadoras serán aplastadas por la experiencia en situaciones de crisis en la empresa. También, debido a que los millennials son más propensos a tener mayores niveles de deuda estudiantil que los trabajadores mayores, su capacidad de ahorrar es algo limitada, pero básicamente la inestabilidad de esta generación se debe a que buscan resultados a corto plazo y si las metas no son inmediatas, sus mentes se aburren fácilmente, ya que se acostumbraron a tener todo al toque de un teclado o al buscar en sus celulares las redes sociales, que solucionaban todo.

Internet, el celular y los medios sociales son herramientas naturales para estos jóvenes en su día a día: compran, hacen transacciones, comparten productos y servicios a través de la “nube cibernética”, el 94% de los que están recibiendo algún ingreso, son usuarios de la banca online y más allá, siete de cada diez usan sus celulares a toda hora del día incluso durante las horas de la madrugada, desconectándose de la realidad que los rodea.

Tienden a confiar muy poco en las personas, muchos se declaran independientes, formando grupos atípicos y contrarios a la política y la religión. Este escepticismo también se extiende a los bancos: encuestas recientes indican que la mitad de los pertenecientes a esta generación, consideran que su banco no se distingue de los otros.

Si los comparamos con otras generaciones, tienen un alto nivel de estudios de grado superior, como postgrados o magisters. Su carácter se conoce como “carácter boomerang” es decir, tienen mucho éxito inmediato en lo personal y laboral, pero vuelven pronto a casa de sus padres, llegando a altas edades sin casarse ni independizarse, ya que como decíamos privilegian el dinero propio y buscan ayudas económicas para mantenerse con ellos. No les llama la atención, como a otras generaciones, la formación de un nido propio o comprarse una vivienda, sino que buscan la felicidad en el consumo de tecnología, automóviles, viajes y espacios de diversión rápida.

POR QUÉ LOS VIEJOS NO SOPORTAN A LOS MILLENNIALS?
Lo mismo que una mercancía, las películas, la música, el imperio de la juventud como ideal, las etiquetas generacionales se exportaron y adaptaron a los traumas de los países más allá del imperio, la etiqueta Generación X no logró la masividad que alcanzaría décadas más tarde la expresión “millennials” como sustantivo y adjetivo. Otra vez se trataba de un nudo en la memoria demográfica y el mercado, pero esta vez tenía alcance global. Repentinamente un grupo de la población alcanzaba la edad adulta con una idea del futuro muy diferente a la de sus mayores, aquélla colmada de viajes, autos super modernos y comida instantánea.

Para los millennials el futuro estaba más cerca del presente, reconcentrado en la tecnología del almacenaje de datos y de información que se llevaban consigo y se transmitían a gran velocidad. Los millennials eran parte de la edad del YO, del ITunes, del iPod, del IPhone y de la selfie. La era de las pantallas de tv gigantes y con una resolución impresionante, que se tocan y administran a voluntad. Una generación mecida en la inmediatez para la que el mercado no sólo tenía productos que ofrecer, cosas para comprar, sino también “experiencias” que compartir.

El verdadero ensueño millennials es el pasado, que los miembros de esta nueva generación tenderían a transformar en un decorado vintage despojado de conflictos o en un culto a lo retro que se revive gracias al filtro de Instagram, los anteojos de marco grueso, las canciones de Lana del Rey o la popularidad de Dj Guetta, el capítulo de Black Mirror, etc. La nostalgia para ellos es algo que se fabrica en algún lugar y se ve en streaming, por eso los millennials se dedican a la política para tener un guiño estético, con un pretérito idealizado al que sólo acuden como a una escenografía vaciada de miserias, sin bibliografía; un espacio en donde lo que importa es rescatar algún eslogan que resuma sus ambiciones.

Así como el primer plano del cine fraguó la idea de las estrellas de Hollywood, elaborando una nueva casta de semidioses glorificada por los “baby boomers”, internet creó una nueva forma de relacionarse a distancia para los millennials, anunciando estados de ánimo, mostrando imágenes del momento y compartiendo opiniones con un grupo seleccionado de personas. La idea de “red social” acabó restringiéndose a aplicaciones de personas que se agrupan en cápsulas de similares. Una especie de burbuja virtual en donde las discrepancias se mantienen bajo control y lo que se repite es la reafirmación de lo que se tiene por correcto.


Para quienes crecimos con teléfonos con operadora y discado, este mundo es una novedad atractiva, pero ajena. Los años nos llevaron hasta este punto, lo aprovechamos con mayor o menor pericia, pero no son ya nuestros dominios. Por el contrario, para los nacidos en los noventa, esta disposición de las relaciones es lo natural. Las cosas son así: rápidas, veloces, inmediatas y a la vez pasajeras. Para ellos la idea de la biografía propia comenzó a ser representada como un registro de experiencias que se muestran en una línea de tiempo pública o semipública de manera instantánea. Frases breves interrumpidas por emojis conforman una gramática curiosa, fragmentada, expresiva, con un dejo rupestre que alcanza su síntesis máxima en el meme. Un artefacto visual que secuestró el concepto creado por Richard Dawkins y lo redujo al rango de la broma que se comparte. Los millennials no ironizan, mandan memes.

El arte del meme está a su vez emparentado con la del video del youtuber, que más que una actividad laboral es un género de entretenimiento propiamente millennial en donde la velocidad de la edición cobra especial relevancia. El youtuber es un híbrido de celebridad pop, gurú, guionista consejero y bufón. Una mezcla a la que no se le exige profundidad, sino una suma de efectos de ingenio que sobrevuelen la realidad sin nunca anclarse en ella. Un gesto similar a las series que representan las vidas millennials: historias de superficie resbalosa y tensión dramática diluida por un tono tibiamente cómico, en cuyo centro habitan personajes que mantienen vínculos atravesados constantemente por trastornos de ánimo e introspecciones de corto alcance. Porque el millennial más que disfrutar películas se busca a sí mismo en series Netflix, como Girls, Love o Please like me. El raro encanto de los espejos es una carnada sublime. Todas esas series enfatizan la levedad de las relaciones humanas y las dificultades para apasionarse con algo de manera duradera. Muestran también un universo en donde el trabajo es una actividad secundaria o derechamente un obstáculo que le quita tiempo a algo más importante: la reflexión compulsiva sobre las propias emociones, aquello que los millennials tienden a contemplar como si se tratara de una obra de arte. 

El incremento de la velocidad en nuestras vidas significó que la experiencia de tener que esperar que algo ocurriera fue haciéndose cada vez más extraordinaria. La sensación de demora sólo comenzó a experimentarse en situaciones puntuales vinculadas a un servicio deficiente, algo que se sufre en una emergencia o a lo que están expuestos sólo los más pobres.

De pronto ya no existió más la experiencia de esperar que el teléfono de la casa se desocupe para hacer una llamada o dejar que una llamada entre; ya nadie debe esperar meses o años para que la película popular que ya se estrenó fuera del país llegue a sus manos, para que el videoclub la traiga o para que algún canal programe una serie. No se espera el revelado de una foto, ni siquiera que la disquería traiga el disco que se lanzó hace dos meses en Londres. Ahora las cosas simplemente se bajan a toda hora y en forma gratuita, sólo debes registrarte y el MP3 está a tu alcance con miles de canciones, que se guardan en Pendrives de 1 TB donde se puede cargar la historia de la música.

Para una gran mayoría de los jóvenes de sectores medios, el ejercicio de esperar por la satisfacción de sus urgencias se transformó en una experiencia inusual. La sola demora de una respuesta por correo electrónico o WhatsApp puede generar colapsos. Para los millennials, la demora es percibida como una agresión al reino de la inmediatez del que ellos son súbditos privilegiados. Viven en una aceleración que en términos políticos se ve retratada en la constante búsqueda de nuevas causas al ritmo de un trending topic, que se abrazan y se olvidan en cuestión de semanas. El millennial encarna luchas sucesivas, gestas periódicas libradas desde sus smartphones, el cofre en donde atesora una vida colmada de aplicaciones que custodian sus aspiraciones más íntimas. Parafraseando a Joan Didion, los millennials son hijos de su época, como todos lo hemos sido de la propia, y aunque uno sea capaz de comprenderlos, no puede dejar de sufrirlos en sus pasiones desteñidas y sus personalidades sin filo, como tijeras con punta roma, capados de furia y macerados en Ritalín.

Quizás lo que los viejos odian de los millennials es que encarnan el futuro que no esperaban. Tal vez los critican por la envidia que les provoca verlos circular sin cargar con un fracaso ajeno –el de la generación de nuestros padres- a cuestas. Quizás también sienten una especie de compasión burlona al verlos tan empeñados en buscar en Google el mapa que los conducirá a sus propias frustraciones, aquellas que por fin descubrirán cuando los mayores ya seamos pretérito imperfecto y estemos bajo tierra.

7 CLAVES PARA MANTENER A LOS MILLENNIALS MOTIVADOS E INTERESADOS.
Uno de los tópicos que más ha tomado fuerza en los últimos años en torno al empleo es cómo atraer, retener y apoyar el desarrollo de la generación de los millennials, ya que los cambios que estos jóvenes están produciendo en el entorno laboral es un desafío, pues ellos no sólo buscan una carrera profesional exitosa sino una experiencia que les resulte gratificante.

Muchas empresas han descubierto el valor de sumar a los Millennials a su equipo de trabajo, e incluso, de convertirlos en la principal fuente de talento. Para atender a sus necesidades y ofrecerles un ambiente que los motive, compañías como Google y Rackspace han construido modelos de trabajo flexibles.

Aquí algunas de las estrategias que las compañías están llevando a cabo para mantener motivados a los millennials:

1. Ofrecer flexibilidad. Son la generación que más disfruta de la movilidad (física y tecnológica), por lo que tener a un millennial en un cubículo en un horario de 9 a 18 horas puede resultar un desastre. Les gusta trabajar desde cualquier lugar, por lo que es recomendable darles la oportunidad de operar desde su casa y de compartir espacios con otros profesionales (como en los centros de co-working); lo que impulsará su creatividad y productividad.

2. Atribuirles un mentor. Los millennials suelen relacionarse bien con miembros de otras generaciones y respetar a las personas mayores, sobre todo si es gente con conocimientos y experiencia. Si en tu equipo hay miembros que cumplan con ese perfil, no dudes en ponerlos en contacto y hacer que trabajen juntos. Se puede generar una buena sinergia entre ellos y fomentar el trabajo en equipo.

3. Dar proyectos a corto plazo. A esta generación le gusta conseguir metas rápido porque se aburren fácilmente. Los proyectos a largo plazo pueden desmotivarlos completamente, por lo que una opción es dividir un trabajo en varios sub-proyectos cortos. Cada cierto tiempo reúnete con ellos para evaluar procesos y resultados.

4. Pedir y valorar su retroalimentación. Los millennials son muy críticos y están abiertos a ofrecer sugerencias que rompan con ideas o procesos establecidos. Es probable que den su opinión sin pedírselas, por lo que es recomendable crear un sistema de comunicación abierto en el que sea fácil y provechoso ingeniar y expresar ideas. Es básico escuchar y reconocer las buenas ideas, a pesar de que su aplicación no sea del todo posible.

5. Brindar la tecnología. Algo que sin duda desanimará a un millennial es trabajar en un lugar donde la tecnología es obsoleta o es escasa; podrían considerar a la empresa como anticuada y poco innovadora. Por eso, permite que las redes sociales y la tecnología estén presentes en tu negocio y que las utilicen como herramientas de trabajo. Invítalos a trabajar mediante videoconferencias y accesos remotos. De ofrecer estas opciones podrías convertir a tus empleados en los mejores evangelistas de tu marca.

6. Crear una oficina inspiradora. El espacio laboral tiene un importante efecto psicológico en los millennials...procura decorar su oficina con colores llamativos y crear áreas abiertas para jugar y relajarse. Una opción es eliminar los tradicionales cubículos y reemplazarlos por mesas largas, sin divisiones y sin puestos determinados. Esto fomentará la cultura de colaboración y generará ahorros en tu empresa.

7. Inculca la cultura empresarial sobre salario. Aunque el salario es importante, no es el principal factor para atraer y retener a los millennials; ellos prestan especial atención a la cultura empresarial y buscan trabajar en un lugar donde puedan aprender, desarrollar su potencial y creatividad.

LOS MILLENNIALS SE IDENTIFICAN POR:
Abrieron las puertas a las profesiones nuevas y a las industrias “creativas” (proyectos que involucran, principalmente, la generación y producción de ideas y de conocimiento en sectores como el arte, el entretenimiento, el diseño, la informática y la publicidad).

Para una -o un- millennial, las oportunidades de verdad son las que linkean pasión con trabajo. El compromiso y la responsabilidad nada tienen que ver con cumplir un horario, poco con dorarle la píldora a un jefe y todo con llevar adelante y resolver cada una de las tareas. Los límites entre la vida y el trabajo no son nada precisos -de hecho, la vida es trabajo- y los canales de educación posibles no se circunscriben únicamente a lo formal: en su CV, es tan válido un posgrado como un hobby con el que está comprometido desde hace años. Sí, el yoga es tan importante como el último curso de actualización profesional que hizo.

Lo que diferencia a los millennials de los baby boomers -para quienes éxito y estabilidad son sinónimos- es que no les rinden pleitesía a esquemas de organización vertical ni precisan de la contención que genera un espacio de trabajo delimitado -la oficina- ni reglas por cumplir a rajatabla. Del código moral de la Generación X -para quienes sólo puede llamarse "exitoso" el que llega a multimillonario joven-, lo que los millennials no reciclan ni locos es la fascinación por la competencia, el sentido tan marcado de individualidad ni el permiso tácito a hacer todo lo que esté al alcance con tal de "llegar"…


Para ellos no existen versiones finales de nada…todo, siempre, puede ser mejorado. El trabajo es un work-in-progress constante.

Les agrada comprender y llegar al fondo de las cosas por su cuenta. ¡Hola, Google! ¡Hola, Wikipedia! ¡Hola, YouTube!. Está todo bien con aprender formas y habilidades nuevas.

No tienen problemas con la autoría: creen en la colaboración creativa y no existe el derecho de autor…para ellos, los mejores resultados se desprenden del trabajo en grupo.

Les parece que cambiar de dirección, de opinión y hasta modificar el plan de acción es una fortaleza, nunca una debilidad.

Sienten que trabajar con otras generaciones está buenísimo...siempre y cuando el diálogo se dé entre pares…es decir, el respeto mutuo es clave.

Necesitan que tus esfuerzos sean siempre reconocidos. ¡Existe en el feed-back,!

Son, sin duda una generación creativa

La característica que más define a los millennials es su relación con la tecnología. La utilizan, les gusta, la entienden.

Otro aspecto es su preferencia por participar en causas sociales y proyectos innovadores. Les gusta sentir que están haciendo una diferencia en el mundo, por lo que integrar este elemento a los proyectos generará compromiso de parte de tus empleados millennials.

Una de las tendencias laborales en millennials más interesantes es que están menos interesados en hacer carreras de muchos años en un solo lugar. En cambio, prefieren tener siempre la posibilidad de trabajar por proyectos.

Les gustan los retos, tanto en lo personal como laboral y no huyen de ellos, por lo que se puede confiar para ponerlos al frente.

Son los que han impulsado los negocios online, las compras por internet y el uso de aplicaciones. Gracias a esta generación las empresas informáticas, y de telefonía, han acelerado su evolución para ofrecer cada vez dispositivos con más funciones.

Este grupo social se mueve como pez en el agua en las redes sociales, comparten su vida a través de fotos y mensajes contenidos en 140 caracteres por lo que las marcas han tenido que adaptarse y cambiar sus modelos de comunicación tradicionales, mudarse al entorno web para conquistar a la generación que hará que sus ventas aumenten ya que en poco tiempo coparán el 50% del consumo global.

Los millennials han cambiado el ‘quiero esto’ por ‘disfruto de esto’, ellos buscan productos especiales, no se dejan llevar por la comunicación de masas, intentan diferenciarse. Esta generación recupera modas del pasado y las adapta a su estilo propio sin importarle las tendencias. Miden su status social por las experiencias y no por los objetos que acumulan. Están muy conciencias con el medio ambiente por lo que el slow fashion será uno de sus principales dogmas. La ropa de segunda mano, una opción inimaginable para los progenitores de esta generación, será una nueva fórmula para vestirse. También parece que las fórmulas de préstamo de ropa comenzarán a tener su cabida. Este modelo de negocio es utilizado en países como Estados Unidos, Alemania y Holanda. 

Es tan sencillo como pagar una tarifa mensual y alquilar ropa. Han escuchado las ferias de “desapego” o “permuta”…bueno es donde van estos jóvenes y ponen todos los artículos que alguna vez amaron y que ahora quieren regalar o permutar, las visitas pueden llegar y tomar una prenda o bien y con una sonrisa llevársela y el millennials los mirará con alegría sin un poco de egoísmo…ellos tienen ese tipo de actitud que no conocíamos en generaciones anteriores.

Tienen el don del multitasking: son capaces de utilizar múltiples canales y dispositivos para realizar sus tareas. Por ello si las empresas quieren captar su atención deben salir de su zona de confort y hablarles a través de nuevos canales como las redes sociales y las aplicaciones móviles.

Sus smartphones son sus mejores amigos…aunque esto perjudique en cierto modo las relaciones sociales les guste o no los millennials están anclados a su teléfono el 90% del tiempo. No podrían pasar 24 horas sin su móvil, o lo pasaran bastante mal sin tenerlo cerca. Lo usan para llamar, comprar, jugar, informarse, compartir su vida e incluso para ver la televisión. Su fe en sus celulares es más fuerte que en sus propios consanguíneos o la religión, sino está en esa “cajita mágica” simplemente NO EXISTE.
Exigencia máxima: son críticos y buscan lo mejor…las empresas deben adaptarse a sus nuevos consumidores ya que si tienen una mala experiencia no dudarán en moverse en internet para dar a conocer su opinión negativa ante el trato recibido. Por ello la experiencia del consumidor debe situarse en el eje central de los negocios, la estrategia debe encaminarse a satisfacer a sus nuevos usuarios para que estos hagan un marketing positivo de la empresa.

Personalización antes que atención: los millennials no buscan únicamente ser atendidos como uno más, buscan que las empresas les ofrezcan cosas especiales, cosas adaptadas a sus gustos. Son autosuficientes y autónomos pero quieren sentirse protagonistas, por ello la gran importancia del big data y los análisis de comportamiento a usuarios.

QUÉ LES PREOCUPA A LOS MILLENNIALS?
Les preocupa la falta de estabilidad y oportunidades en un mundo de incertidumbres: Entre el 2015 y 2017 el mundo ha estado marcado por los ataques terroristas en Europa, el Brexit y los controvertidos resultados de las elecciones en Estados Unidos, la Tercera Guerra Mundial EEUU contra Corea del Norte, la situación en Siria e Irak, y obviamente el ISIS…estos hechos parecen haber minado en gran parte la confianza de los millennials, según la sexta edición del Informe Millennials elaborado por Deloitte. En él se recogen las opiniones de 8.000 jóvenes nacidos después de 1982 de 30 países de todo el mundo.

La encuesta arroja datos muy significativos sobre las prioridades e inquietudes de esta joven generación. Entre sus mayores preocupaciones se destacan:

1. Inestabilidad política, económica y social.
Los millennials dicen estar más preocupados por la inseguridad y la incertidumbre provocada por los conflictos armados, de forma que se muestran menos propensos a abandonar la seguridad que les da su empleo. Asimismo, no son nada optimistas sobre la dirección a la que se encaminan sus países, especialmente aquellos procedentes de mercados maduros. Esta intranquilidad es, en parte, responsable de que cada vez más profesionales jóvenes quieran permanecer en el mismo puesto de trabajo. El año pasado, el porcentaje que consideraba abandonar su puesto de trabajo en un plazo de dos años era del 44%, mientras que en esta edición se ha reducido al 38%.

El afán por la seguridad también se palpa en la preferencia de estos jóvenes por el trabajo a tiempo completo (65%), siendo las razones más citadas para ello la estabilidad salarial y laboral. Según Idoia de Paz, directora de Human Capital de Deloitte, “la incertidumbre en el escenario político, social y económico parece impulsar una necesidad generalizada de estabilidad en los millennials. El pesimismo en el contexto de cada país, el miedo al terrorismo y la delincuencia son algunos de los factores que más contribuyen a esta búsqueda de entornos seguros”.

2. Necesidades Personales.
Si bien los millennials que residen en países emergentes esperan, por lo general, tener una situación económica mejor que sus padres económicamente (71%) y personalmente (62%), solo el 36% de los millennials en mercados maduros cree que serán más felices. La única excepción en este sentido, dentro de los países desarrollados, proviene de Estados Unidos, donde más de la mitad de los encuestados esperan tener mejores condiciones que sus progenitores. En este sentido, solo en 11 de los 30 países que cubre el estudio hay una mayoría de millennials que asegura que será más feliz de lo que fueron sus padres.

De las 18 áreas evaluadas relativas a preocupaciones personales, destacan los conflictos armados, el terrorismo y la tensión política en los países, de forma especial en los mercados maduros (56% contra 42%). De hecho, del conjunto de estos países solo destaca España, donde el terrorismo es desplazado por el desempleo en el ranking de preocupaciones de los millennials (globalmente el desempleo ocupa el tercer puesto).

3. Empleo y sociedad.
Más de la mitad de los miembros de esta generación encuestados ve en su trabajo una oportunidad para participar en iniciativas solidarias a nivel local, lo que da a esta generación una mayor sensación de influencia en su entorno. Esto tiene, por otro lado, un efecto secundario de fidelidad hacia las empresas. Del mismo modo, se observa una tendencia entre estos jóvenes a permanecer más tiempo en una empresa que se implica con causas sociales, como la educación o el paro.


Además, la postura hacia las empresas continúa mejorando. Por tercer año consecutivo, un mayor número de encuestados cree que las empresas se comportan de manera ética y que sus jefes están comprometidos con mejorar la sociedad. Desciende el número de los que creen que las empresas sólo se rigen por los resultados económicos. Sin embargo, hay espacio para mejorar: si bien seis de cada diez consideran que las multinacionales han logrado un impacto positivo en los retos a los que se enfrenta su generación, también creen que las empresas pueden hacer mucho más por la sociedad.

En España por ejemplo -así como en Italia, México, Chile, Rusia, Japón y Corea del Sur- sólo un tercio considera que la cooperación entre el gobierno y las empresas está resultando efectiva. Esto contrasta con las respuestas de los millennials en Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Suiza y Australia, donde creen que ambos trabajan juntos de manera eficiente con  el objetivo de mejorar la sociedad.

4. La flexibilidad laboral: mejora el rendimiento y la lealtad.
En líneas generales, el 84% de los millennials declaran gozar de cierto grado de flexibilidad laboral, y el 39% dice que su organización ofrece entornos de trabajo muy flexibles. Consideran que los acuerdos en materia de flexibilidad contribuyen a mejorar la productividad y aumentar la fidelización de los empleados, lo que se traduce en un mayor bienestar personal. Además, consideran que estas prácticas tienen un impacto positivo en los resultados financieros de su empresa. 

Según el informe de Deloitte, la flexibilidad en el entorno de trabajo tiene más impacto en dos aspectos fundamentales en cualquier plantilla: la lealtad y la responsabilidad. Así, en las organizaciones que gozan de menor flexibilidad, el número de estos jóvenes que se ven abandonando la empresa en 2 años asciende al 45%, porcentaje que se reduce hasta el 35% en aquellas que tienen implementadas políticas más flexibles. En el caso de la responsabilidad la diferencia también es clara: en las organizaciones con una mayor flexibilidad el 34% de los millennials se sienten responsables de la reputación de su empresa, mientras que el porcentaje se reduce al 12% en compañías con flexibilidad limitada.

5. Alejados de posturas radicales.
El resultado de las elecciones en Estados Unidos, la votación del Brexit, y el reciente referéndum en Italia y Alemania, ha llevado a la conclusión de que un nuevo tipo de política y de liderazgo está emergiendo. Uno que rechaza la agenda global, promueve los intereses locales, y ofrece soluciones radicales.

Esta puede ser la forma de entender la nueva política para una gran parte de la sociedad, pero no para el perfil de los millennials abordados en este estudio. Ellos se sienten cómodos con aquellos líderes, tanto políticos como empresariales, que usan un lenguaje simple y directo. También con aquellos que expresan sus opiniones con franqueza y pasión, y por supuesto, con quienes intentan acercarse a cualquiera que pueda sentirse desplazado o apartado. Sin embargo, hay un rechazo generalizado hacia los líderes que toman posiciones controvertidas, creen división o pretendan una transformación radical, al menos por parte de los miembros de esta generación.

6. Esperanza en la Generación Z.
Los millennials tienen una opinión muy positiva de la generación siguiente, la Generación Z (quienes ahora tienen 18 años o menos). Seis de cada diez millennials creen que la nueva generación tendrá un impacto positivo en el mercado laboral a medida que su presencia aumente en el mismo. España no se desvía de esta media: el 58% de los millennials españoles está de acuerdo con esta afirmación. Esta seguridad surge en la confianza que ellos depositan en sus habilidades para dominar las tecnologías de la información y en la facilidad para pensar de manera creativa por parte de la Gen Z.

La esperanza en la siguiente generación es mayor en los mercados emergentes (con un 70% de millennials que creen en el impacto positivo que tendrá la GenZ) que en los mercados maduros (52%). Solo en 6 países, todos ellos mercados maduros (Canadá, Bélgica, Suiza, Alemania, Japón y Corea del Sur), los millennials no creen en la repercusión positiva de la generación que les sigue.


PREPARÁOS PARA LA GENERACIÓN Z QUE TIENEN HASTA 18 AÑOS Y QUE ESTÁN PRONTOS A IRRUMPIR EN LA SOCIEDAD DEL MUNDO.