Dicen que cada persona al nacer trae como un código de barras en su interior que indica los años que vivirá, como lo hará, el éxito que experimentará y el día en que la fecha de vencimiento determinará el fin de su evolución.
Creo firmemente que esto es verdad, y son leyes celestiales imposibles de cambiar. Lo que sí puedo señalar es que lo único que no viene en nuestra esencia es el “Como” llevaremos nuestras vidas a través de ese camino que cuenta con un final ya fijado.
En este Blog he escrito a través de los años mucho sentimiento, mucho amor, mucho de mi ser interior. Comenzó como una forma de “trascender a mi propia muerte” y dejar a mis hijos mi forma de ver la vida…mis flaquezas, mis errores, mis debilidades, mis alegrías y logros, mis principios, valores y visiones. Pasaron los años entre cuadernos y rayados…mis hijos aún no leen mucho de este Blog por su edad, pero sé que un día por amor, necesidad de conocer la verdad o simplemente curiosidad ante mi ausencia, llegarán a este sitio en el infinito espacio cibernético.
Pasaron miles de hojas escritas que después se volvieron “pelotas de papel” enviadas al basurero y, hace ya algún tiempo escribo para Ustedes…hijos míos que siento están al otro lado de la pantalla cada noche, espero cuando muera o me vaya a otro lugar que sigan visitando mis mensajes que sólo pretendían ayudar y entregar amor a vosotros.
Lo que quiero decir es que, el destino y el camino se va haciendo al caminar, nadie sabe qué pasará en la próxima esquina del recorrido, sólo sabemos que un día todo terminará. Por ello lo que realmente se hace esencial es el “Cómo” hacemos ese caminar, sea bueno o malo, tenga caídas o triunfos, lo importante es que hayamos sido sinceros con nosotros mismos, sin hipocresías ni autoengaños, sin acomodarse a la fuerza, en suma que nuestro caminar lo hayamos hecho a nuestra manera.
Existe un párrafo en la Biblia que habla del único componente que no debió faltar jamás en el caminar del sendero.
Corintios Cap.1 Versículo 13
“…Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y descubriera todos los misterios-el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes y montañas, si me falta amor nada soy.
Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, para recibir alabanzas si no tengo el amor, de nada me sirve.
El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuándo me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres siempre será el amor”.
Les contaré que mi vida no fue del todo correcta, conocí de los vicios y el fondo del abismo a donde puede llegar un hombre, también conocí muchas personas y parejas recibiendo y entregando, tuve que resignarme muchas veces a un destino doloroso y agresivo, pero muchas veces a su vez fui muy feliz disfrutando como un niño de cosas sin mucha importancia y otras que valoré en demasía como cuando recibía la ternura de una mano que apretaba la mía, el calor de un cuerpo de mujer que se acomodaba junto a mí para dormir abrazados, cuando veía la alegría en los ojos de mis hijos cuando eran pequeños y corrían para ver que les traía de regalos, sus lágrimas cuando descubrieron mis fracasos, mi madre que durante muchos años debió jugar un papel secundario en mi vida por mi soberbia y rencor frente a mi niñez atroz, etc…
Pero Saben? El camino lo hice a mi manera desde muy pequeño, me equivoqué y otras veces le gané al mundo, pero ahora que estoy más cerca de la partida mi corazón me dice que mis pasos fueron hechos según mi gusto, y eso me deja tranquilo justificando TODO lo anterior vivido…lo malo y lo bueno.
Un grandioso cantante americano como Frank Sinatra interpretó en el año 1969 “My Way”, desde que la escuché la primera vez me impactó por su letra, la verdad hoy creo que mi camino está dibujado en cada nota y en cada rima de ese tema musical.
A MI MANERA
Y ahora, que final está aquí,
y entonces enfrento el telón final.
Mis amigos, lo diré sin rodeos,
hablaré de mi caso, del cual estoy seguro.
He vivido una vida plena.
Viajé por todos y cada uno de los caminos,
y más, mucho más que eso,
Lo hice a mi manera.
Arrepentimientos, he tenido unos pocos,
pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos.
Hice lo que debía hacer
y lo hice sin exenciones.
Planeé cada programa de acción,
cada paso cuidadoso a lo largo del camino.
Y más, mucho más que esto,
Lo hice a mi manera.
Sí, hubo oportunidades,
estoy seguro que lo sabía,
pero cuando mordí más de lo que podía masticar.
Al final, cuando hubo duda,
me lo tragué todo y luego lo dije sin miedo.
Lo enfrenté todo y estuve orgulloso de ello,
Y lo hice a mi manera.
He amado, he reído y muchas veces he llorado.
Tuve malas experiencias, me tocó perder,
y ahora, que las lágrimas ceden,
Encuentro tan divertido pensar que hice todo eso.
Y permítanme decirles, sin timidez,
'Oh, no, a mí no, yo sí lo hice a mi manera'.
Pues que es un hombre, ¿qué es lo que ha conseguido?
Si no es a sí mismo, entonces no tiene nada.
Decir las cosas que realmente siente
y no las palabras de alguien que se arrodilla.
Mi historia muestra que asumí los golpes
Y lo hice a mi manera.
Sí, siempre fue a mi manera.
Creo que cuando se llega al final del camino, al menos para mí, lo que deja el alma tranquila antes del viaje eterno es sentir que tu vida y tus pasos fueron sinceros, libres de hipocresías y por sobretodo fueron hechos a tu manera.
Para terminar les puedo decir que un pensamiento vale más que mil palabras, y por ello les dejo este:
Buenas noches….
“Vive tu vida y recorre tus caminos, de tal manera que, si cuando estabas naciendo Tú llorabas mientras a tu alrededor todos reían de felicidad…cuando te vayas seas Tú quien ría de alegría mientras todos lloren por haberte perdido”
