martes, 2 de abril de 2019



PALABRAS DEL ALMA N.87: “EL LADO OSCURO DEL SER HUMANO”

Prefiero ser un hombre completo, que una buena persona.

Desde hace muchas décadas, destacadas investigaciones de la mente humana han venido planteando que todos los seres humanos tenemos un “Lado Oscuro”, algo parecido a la novela de Stevenson “El Doctor Jekyll y Mister Hyde”, que era en el caso del primero un científico honorables y bondadoso que creaba una substancia mágica que podía separar lo bueno de lo malo de la personalidad, dando origen a Mister Hyde que en cambio es un malvado que disfruta de sus bajos instintos de maldad.

Cada uno de nosotros, lleva consigo ambos personajes, a veces una persona afable en la vida cotidiana puede ocultar una entidad oculta y tenebrosa que permanece en la oscuridad y se activa en cualquier momento.

Es lo que denominaremos “la sombra personal”, la cual se desarrolla en nosotros desde la infancia, cuando nos identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad, como la buena educación, la generosidad, la bondad y el sentido común, etc. Estos son reforzados por nuestro entorno, no obstante vamos alejando aquellas cualidades que no se adecuan a nuestra imagen idealista, como el egoísmo, la rabia, la grosería, la pereza, la envidia, etc., así esperamos expulsar en forma inconsciente hacia “la sombra” todo lo que no es bien visto, sin embargo, estas características siempre están presentes, y las proyectamos atribuyéndolas a los demás como “espejo” de nosotros mismos.

La “sombra personal”, se constituye por el “conjunto de frustraciones, experiencias vergonzosas y negativas, dolores, temores, inseguridades y agresividad que se alojan en ese inconsciente del ser humano, pero apareciendo en reacciones que no comprendemos ni comprenden quienes nos conocen. Se refiere a aquella parte de la mente, contigua a la conciencia aunque no sea aceptada por ésta.

Esta parte oscura aparece continuamente en nuestras vidas, de diversas formas, como en sueños, fantasías, lapsus o cuando nos reímos de las desgracias ajenas. En los sentimientos exagerados respecto a los demás, en las acciones impulsivas o inadvertidas, etc.

Según lo que plantea John Sanford (2001)”la sombra suele ser la que ríe, por ello es muy probables que quienes carezcan de sentido del humor, tengan una sombra muy reprimida”. También existe la “sombra colectiva”, que la manifestamos en los sucesos diarios cuando vemos los aspectos más tenebrosos y maléficos de la naturaleza humana, asesinatos masivos, secuestros, terrorismo, etc.

La forma de manejar esta “sombra” es en primer término aceptando que existe, cuando mantenemos una relación correcta con ella. De la misma forma como el inconsciente deja de ser un monstruo diabólico, la sombra solo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención.

Muchos piensan que este aspecto sombrío, solo contiene tinieblas, pero no hay luz sin sombra, la vida pide no la perfección sino la entereza, por lo que debemos hacer un esfuerzo en hacer la oscuridad consciente y aceptarla. Ese encuentro con la sombra implica una confrontación con uno mismo en el más amplio sentido de la palabra, es el proceso que nos permite llegar a ser personas completas y únicas, es decir unir los aspectos positivos y negativos que hay en nosotros.

Lo anterior, permite aumentar el autoconocimiento y en consecuencia aceptar de una manera más completa nuestro yo interno, encauzar las emociones negativas, liberarnos de la culpa y vergüenza asociada a sentimientos negativos, sanar nuestras relaciones, utilizar la imaginación creativa, para hacernos cargo de nuestra alienación, de tal forma que una persona puede considerarse “normal” no como muchos piensan que es aquella que solo tiene cualidades positivas, sino aquella que es capaz de vivir en armonía con sus virtudes y sus defectos.

QUE ES ESE LADO OSCURO DEL SER HUMANO?

Queridos lectores en las distintas ramas de la medicina, la psicología, la parasicología, el psicoanálisis, la metafísica, salud interior y temas afines, tratan este tema que han sufrido hombres y mujeres alguna vez en sus vidas, esa experiencia de oscuridad, bajando hasta el fondo del abismo insondables y aterrador de la experiencia humana, he aquí una reflexión…una teoría, una ayuda espiritual para sus mundos interiores.

La reflexión que presento, más que un contenido de lectura o investigación, se trata de ayuda para apoyar la comprensión de una nueva realidad de los conflictos interiores, una luz en el camino de la vida de desesperanzas. En esta entrada se encontrarán con aclaraciones a las múltiples inquietudes e interrogantes acerca de lo que subyace dentro del ser humano y que a medida que evoluciona lo va convirtiendo en una persona apática, temerosa, enferma, afectada en su mentalidad y sin ilusiones, ni futuro.

Tal vez alguna vez se han preguntado por qué las personas se desmayan?, Por qué sufren de convulsiones o ataques?, Por qué un familiar ha cambiado su conducta sin causa aparente?, Por qué en ocasiones las personas se sumergen en el silencio eterno?,etc.

Desde la Creación del Hombre, existen momentos y situaciones inexplicables, que la ciencia ni la religión y menos el conocimiento del hombre han podido aclarar. Estos “vacíos” en el espacio infinito, también existen en lo terrestre e incluso, también en el interior de los seres humanos. Los agujeros negros en el hombre son aquellos sectores que lo llevan a su lado oscuro, es decir, los agujeros insondables a donde hombres y mujeres van y viven habitando sus más terribles desgracias, atrapados para siempre llegando a tomar decisiones dramáticas de atentar contra sus vidas en un afán de escapar de esa “habitación” de tinieblas.

No se trata de la muerte, aunque ella es la salida final muchas veces, sino sólo de una sensación de encierro o de éxtasis. Los seres se sumergen en ellos lentamente como quien baja en las arenas movedizas del pantano; es el espacio profundo a donde muchos desean ir para huir de la realidad que experimentan; es el mundo alterno a donde se experimenta la más desgarradora de las pesadillas, pero en otros casos es un sector en donde sólo hay pasividad, tranquilidad, sin persecuciones, sin conflictos, sin miedos. Todo esto depende si este ser humano es arrastrado hacia esos peligros del interior o si busca esconderse de su realidad traumática.

Este relato de hoy, pretende compartir la experiencia de los viajes a través de los túneles o portales del interior y se exhorta a todos los hombres y mujeres que leen, de corazón limpio y fuerte, a profundizar sobre estas experiencias en busca de su propio bien y el de la humanidad sufrida y doliente.

Se puede afirmar que el lado oscuro del ser humano es el lugar más profundo de su identidad, donde subyacen todas las experiencias tanto traumáticas como emocionales de su vida. La vía de entrada mediante la cual los espacios internos se definen como agujeros negros, que son como remolinos, vacíos, oscuridad que atrae y arroja al individuo cada vez más a la profundidad, experimentando el terror, miedo, angustia y desesperación. Son los túneles infinitos que lo conducen hacia los recuerdos más traumáticos de los espacios de vida que han caminado. Nadie puede ser arrastrado hacía este lugar en su interior, si no tiene traumas, emociones corrosivas con heridas sin cicatrizar, que siendo del pasado, manejan y moldean el comportamiento futuro.

De repente, las personas dejan de actuar y comportarse como habitualmente lo hacían, transformándose en entes agresivos, depresivos, compulsivos, nerviosos, histéricos y ansiosos, sin aparente causa explicativa para quienes los rodean, ya sea familia, amigos, pareja o compañeros de trabajo.

Los agujeros negros, los experimenta el individuo no desde un campo meramente mental, sino cuando éste ya los ha transitado, cuando ha viajado por ellos, arrastrado por una fuerza imantada desde el interior. Una fuerza producida por las fijaciones que han afectado ese yo interior, ya que cuando está transitando por los agujeros negros, sólo debe saber una cosa, y es que hay un problema grave en su interior, no debe temer ni luchar contra esa fuerza, sólo debe dejarse arrastrar como cuando el caudalosos río lo lleva hacia un lugar desconocido luego de miles de kilómetros recorridos.

Al llegar al lado oscuro, ese individuo empezará a sentir la más aterradora de las experiencias, que es de llegar al final donde se harán presentes todos sus recuerdos, todos los acontecimientos del pasado traumático que se encuentran hasta ese momento “encerrados” y que ha ocultado a los ojos de los demás a través de su vida. Por eso, esta habitación final, es el habitáculo donde residen todas las experiencias de la vida de sufrimiento y de dolor. Allí subyacen los momentos vividos, y de allí también se moverán hasta cuando sea tiempo de salir a la superficie.

POR QUÉ EL HOMBRE BAJA A ESTE ESTADO?

Esta pregunta, nos hace descubrir la causa del mal, de las sensaciones, esto es, nos hace preguntarnos acerca del por qué una persona que sufre estos síntomas, siente que se va a su interior? Siente como que se encuentra en otro espacio.

En el ser humano, nunca se da algo sin causa o sin consecuencias, al final es la misma persona que busca EL MAL como causa que afecta toda la integridad y puede provenir desde tiempos remotos, provocando que baje sin desearlo a sectores más profundos internos. Estas causas pueden residir en su nacimiento, su niñez, juventud e incluso la causa puede tener su origen en su adultez, apareciendo luego de actos que se les enseñó que eran “malos” o “pecados”, de prácticas inmorales o violentas con consecuencias psicológicas, un hecho concreto con fecha y temporalidad, alguna mala relación con otros ser, con Dios, naturaleza o sociedad, un delito, un secuestro, una violación en su niñez, un accidente de auto, atentado o manifestación de todo tipo.

La frase: “…yo estuve muerto y he vuelto a la vida”, “yo vi el túnel y volví”, “pude ver a mis seres queridos muertos y luego desperté”. El hecho es que esta persona nunca se ha muerto, nunca ha salido de su cuerpo, nunca se ha encontrado con nadie, sino con las imágenes y alucinaciones interiores, que su mente trabaja para condicionar la existencia de este ser tan cercado y confuso, que no logra identificar el camino a la verdad.

En hechos concretos, la inestabilidad del hombre puede provenir de un intento de aborto, del rechazo de sus iguales en la infancia, del maltrato en el seno familiar e incluso por la presión o la fijación de los desequilibrios mentales o emocionales de la madre. Se sabe que en la gestación, cuando la madre presenta impulsos o momentos traumáticos, segrega sustancias químicas nocivas al bebé, provocando devastadoras consecuencias que duran toda la vida.

Afecta a este ser humano, una fuerte impresión por una violación o abuso sexual, una práctica homosexual. En la mayoría de los casos, la reacción se debe a la pérdida de un ser querido, que al perderlo, la persona experimenta como un “término o un fin”, su mundo se cierra queriendo irse en cuerpo y alma junto a ese ser querido. Causas de la fijación que producen el mismo efecto son los viajes al exterior o a un lugar muy lejano de un ser cercano. 

Ya sabemos, que en el lado oscuro quedan inmersas todas estas experiencias, de tal manera que aunque conscientemente el ser humano crea que ya se han olvidado, por los años que han pasado, se sigue viajando constantemente hacia el interior más profundo; comenzando con pequeñas alarmas como mareos, que luego se transforman en constantes desvanecimientos, hasta sumergirse del todo hacia el interior, siendo aquí en donde podemos decir que la persona perdió su horizonte y cordura.

CUÁL ES LA SITUACIÓN DEL SER HUMANO QUE BAJA HASTA SU OSCURIDAD?

Hombres y mujeres de todas las edades, de las diversas condiciones sociales, étnicas, raciales, culturales, políticas, filosóficas; de cualquier lugar del mundo…presentan reacciones o cambios físicos, psicológicos, morales, espirituales, pero lo misterioso es que no saben a qué se debe la situación, son como unos altibajos en la personalidad que les afecta todo el engranaje personal y la estructura integral.

Las personas que han bajado hasta el fi, y que se encuentran en ese lado oscuro, sienten que su cuerpo se les desvanece, sienten pesadez, dolor, entumecimiento, pérdida del equilibrio, mareos…sienten además temblores en las manos, taquicardia acompañada de presión en el pecho, sudan frío, siendo frecuente los vómitos, diarreas, fiebre, en mujeres cambios en sus períodos menstruales.

En general, pierden la conexión con la sociedad, se desaniman y ya no valoran la vida, molestándoles todas las cosas y personas que les rodean, perdiendo el gusto por el orden personal y su propia presentación, encerrándose en sí mismos, transformándolos en ermitaños y parias de su comunidad. Los cambios psicológicos los llevan a experimentar ira, rabia y miedo; a veces, impulsos fuertes de agresión a los demás y a sí mismos e inclusos intentos suicidas.

Es normal que en algunas personas se den cambios en la moral y la carga valórica, acompañados de cargos de conciencia, sentido del pecado, miedo a la condenación, incapaces de aceptar el perdón o simplemente de perdonarse ellos mismos. Al perder el “sentido por la vida”, por la existencia y sentir de una espiritualidad, pierden la costumbre de orar, rebelándose contra Dios, catalogando al Creador como “injusto” porque no se acuerda ni lo ama, en cambio a otras personas según su criterio, “muy malas” les entrega toda su bendición y apoyo.

 
Estos seres humanos sienten “sequedad espiritual”, cansándoles todo lo que es religioso, viendo a Dios como la única solución para su problema que nunca ha llegado a pesar de todos sus esfuerzos.

Dentro de la parte social, algunas de estas personas cambian la actitud con respecto a los demás, aislándose por considerar a la sociedad “innecesaria” para su vida y el logro de sus metas, terminando por transformarse en seres extraños y agresivos, oscuros y peligrosos.

CÓMO SE PRODUCE ESTA EXPERIENCIA?

Esta pregunta, se refiere a Cuál es el proceso por el cual este ser humano, entra por los agujeros oscuros hacia el interior más profundo y remoto de su SER?

Podemos descubrir que así como la fijación se hace presente en un momento determinado de la vida, produciendo reacciones físicas, psicológicas, sociales, morales y espirituales; desde la experiencia o la reacción, se puede llegar a la fijación más remota, viajando a través de dichos agujeros negros a su propio interior.

El ser humano se termina ahogando en su propio interior, llegando al confín de su esencia, dirigiéndose a velocidades gigantescas hacia ese territorio inexplicable del interior del humano.

Todos los seres humanos tienen este “lado oscuro” y deben ser liberados para que experimenten nuevamente la claridad y la felicidad asociada al bienestar que eso conlleva. Nada ni nadie puede liberar al hombre de las ataduras del pasado, de las garras de los recuerdos ni de los tentáculos de sus experiencias traumáticas de vida; sólo logra este escenario de libertad cuando está preparado para superar la crisis y el dolor, pasando por un psicoanálisis profundo que le dé los caminos necesarios para su salvación, antes que su visión entre a un callejón sin salida como es el suicidio.

CONCLUSIONES

Para dominar la violencia, primero hay que entenderla y reconocer las emociones instintivas que hacen que los seres humanos cometan actos agresivos. En cambio, es de locos pretender que los seres humanos no sean violentos por naturaleza. La naturaleza humana se presenta con contenidos de comportamientos afectados por un origen animal, que se ajustan a las funciones de supervivencia y reproducción, con tan profundas raíces como su propia evolución.

Charles Darwin apuntaba: “los instintos sociales, el principio básico del ser moral del hombre, ayudados por las capacidades intelectuales activas y los efectos de la costumbre, conducen de forma natural hacia la regla de oro como el Valor Supremo”

Es un tremendo error de Darwin, ya que la regla de oro de tratar a los demás como quisieras que te trataran a ti…carece de lógica si partimos del punto de vista del “interés individual”, ya que el ser humano es egoísta y piensa siempre en su propio beneficio, por lo que generalmente da vuelta esta regla, pensando: “no permitas que los demás te traten como tú en su lugar los tratarías a ellos”.

Nuestros genes son esencialmente egoístas, individualistas guiados por un interés propio antes que la búsqueda del bienestar general.

Todos los seres humanos, tenemos aciertos y fracasos, días buenos y malos, preocupaciones y alegrías, pobrezas o riquezas, tranquilidad o inestabilidad, cada uno de estos factores va haciendo que nuestra personalidad cambie, evolucione y esos cambios pueden ser buenos o muy malos de acuerdo a las circunstancias, la vida que nos ha tocado experimentar, padecer o sufrir, etc.

Y más allá de estos factores que afectan nuestra personalidad y la cambian, todos los seres humanos tenemos lado de luz y otro de sombras. Incluso, existen quienes se debaten en toda su vida, entre la dualidad de las dos zonas psicológicas, que en realidad somos la mayoría, que pasamos nuestra existencia estresados, luchando con los problemas, la falta de una economía personal sana, enfermedades, rencores y peleas, pero a su vez intentamos compensarlo con buenos momentos creados intencionalmente como medio de salvación, antes de llegar a la locura misma.

En muchas culturas, la religión es una forma de creer en la existencia de un SER que nos salvará de esta ruinosa vida y que será nuestra meta donde se nos recompensará por todo lo sufrido en la tierra. No juzgo, pero tampoco soy hipócrita al hablar de moralismos y del “deber ser”, los seres humanos somos seres reactivos, luchan entre la excelencia del ser en una vida pacífica, honesta y sacrificada, pero factores externos entorpecen con este crecimiento personal y, en nuestro afán de hacer bien las cosas, peleamos por lo que creemos justo y si eso nos convierte en seres de mal corazón, lo es porque nuestros intereses y concepto de los buenos, está reñido con lo que es universalmente correcto y, nos aleja de la sociedad como tal.

CÓMO COMPRENDER TU LADO OSCURO?

Cuando eras pequeño, tenías miedo a la oscuridad como la mayoría, y muchas veces pensamos en cuestionar dicho miedo, pero se nos enseñó casi naturalmente a tener miedo a todo, cuando el hombre conoció el mayor de los miedos…fue a lo desconocido, a lo que no podía explicar con su mente y sus conocimientos. Al prender la luz de la habitación, nos dábamos cuenta que esas cosas terribles, no eran tan malas y sólo constituían nuestro entorno al cual debíamos saber enfrentar en nuestra vida cotidiana.

 
Hemos aprendido a asociar la oscuridad con el miedo y lo desconocido, pensando que es mejor no hablar de nuestros sentimientos y emociones, que no son bien evaluadas por la mayoría de la sociedad. Encender la luz de nuestra realidad emocional y psíquica, es mucho más difícil que accionar un interruptor que enciende esa luz, por lo que en nuestras vidas nos mantenemos muchas veces en esa eterna oscuridad, simplemente por el temor a abrirnos y dejar salir nuestras debilidades, mostrándonos tal cual somos y arriesgarnos con eso a que nos ataquen y agredan como “fenómenos” no adaptados a una MATRIX.

Está ahí y es poderosa, haciéndose cada día un “monstruo” más y más inalcanzable e inmanejable para nuestra existencia…está ahí “la sombra” que es ese miedo a que nuestra  complejidad emocional sea expresada para disminuir su presión. Es una parte oculta de nosotros que influye en nuestras decisiones con más frecuencia de lo que somos conscientes. En verdad, es nuestro lado oscuro que escondemos, porque nos avergüenza frente a los demás. Es a través de la negación, que no somos capaces de identificar que en esa parte oscura también se encontraban nuestras fortalezas para salir de esa misma situación.
 
En muchos sentidos, ocultar nuestra sombra puede ser considerada la forma más primitiva de traición a nosotros mismos y nuestra esencia. Al ocultar, estamos diciendo que no merecemos mostrar nuestro ser completo y así traicionamos nuestro propio ser. A cambio, en secreto manipulamos nuestras existencias, fingiendo tomar grandes momentos de nuestras vidas, por temor a ser rechazados y expuestos.

Cuanto más reprimimos estos rincones oscuros, más nos enfrentamos a un desorden de nuestra personalidad, que se manifiesta en adicciones, ansiedad y relaciones interpersonales fallidas. Lo importante es tomar conciencia de nuestras sombras y arrojar luz sobre nuestras primeras heridas, dándonos una oportunidad de sanación y transformación, siempre y cuando elijamos abrir los ojos a esta realidad, de lo contrario las heridas continuarán emitiendo veneno en el caminar de nuestros destinos.

Debemos tener claro, que para profundizar nuestra espiritualidad, siempre deberemos transitar por nuestra sombra, y cualquier trabajo espiritual debe implicar exponer y comprender estas sombras. Únicamente centrándose en su búsqueda nos mantendrá lejos de los lugares de vergüenza, culpa, celos, codicia, competencia, lujuria y finalmente agresión. Son estas mismas emociones las que deben ser trabajadas primero antes de acercarnos a los lados más claros y puros.

Al igual que con todas las emociones fuertes que experimentamos, lo que no queremos mirar…siempre nos mantiene contraídos y viviendo en el rechazo. En el fondo, sabemos que estas cualidades y sentimientos residen en nosotros, pero escondiéndonos sólo nos lleva a una vida poco auténtica y autodestructiva basada en una comprensión errada de la realidad.

Vagamos por un comportamiento personal en distintos “roles” y personalidades que hacen todo lo posible por ayudarnos a sentirnos dignos y queridos, que para algunos es siendo inteligentes, exitosos o poderosos y, para otros es lo contrario, es decir siendo agresivos, frustrados, anárquicos y miembros de minorías “pisoteadas” por los poderosos. En cualquier forma, que nuestra mente intente controlar la vida, sigue siendo sólo otro intento vago de ser amado por algo que en realidad “no somos”.
 
El mensaje es:

“Yo no quiero mirar y sentir, prefiero juzgar a otros por ser débiles y mostrar viviendo lo que yo no puedo experimentar, rechazándolos”, por lo tanto, elijo la separación, el aislamiento, el enfrentamiento contra la sociedad. Esto, nos transforma en esclavos en una jaula dolorosa donde nos vamos sumergiendo hacia el fin de todas nuestras esperanzas.

 
EL CAMINO HACIA LA LUZ, ES SIEMPRE A TRAVÉS DE LA OSCURIDAD.

EN LAS CENIZAS DEL FRACASO, SE ENCUENTRA LA SABIDURÍA DEL DESPERTAR.

 
La sombra debe ser enfrentada en un ambiente seguro y de amor, de lo contrario, hay demasiado miedo de que el resultado provoque devastación en los demás y genere un mayor aislamiento del que ya experimentamos. Cuando más seguro sea, podremos empezar a buscar, ver y expresar todo lo que se ha escondido en el interior de nuestra conciencia.

Hay muchos diamantes en bruto de fuerza, creatividad y belleza, que hemos mantenido escondidos y limitados, para que otras personas cercanas no se sientan intimidadas o asustadas, hacia la “curación” y el “amor propio saneado” quedará irremediablemente muchas víctimas en el camino.

Al principio, cuando nos embarcamos en este apasionante y necesario camino, no podemos estar seguros de lo que realmente somos. Sin embargo, es sólo porque estamos tan acostumbrados a las “máscaras” y “roles asumidos”, que expresar nuestro verdadero YO, es como reconocer a un familiar extraño que por años ha estado muy lejano.

Pronto nuevas posibilidades, opciones y percepciones aparecerán, pudiendo enfrentar las muchas interrogantes que explicarán nuestras vidas y destinos, desde un escenario de fuerza y autenticidad, fortaleciendo nuestras capacidades de estar en este mundo en forma plena y completamente integrados.

Entonces, están listos para lograrlo?

Finalmente y a modo de traducir todo lo anterior escrito, puedo decirles que en el año 1886, más de una década antes de que Sigmund Freud se zambullera en las profundidades de la mente humana, fue Robert Louis Stevenson quien tuvo un sueño muy revelador en el que un hombre perseguido por haber cometido un crimen ingiere una pócima y sufre una transformación drástica de personalidad, que le hace irreconocible. De esta forma, el Doctor Jekyll, un amable y esforzado científico, termina siendo en el violento, despiadado y sicópata Mr. Hyde, un personaje cuya maldad iba en aumento a medida que se desarrollaba la historia.

Stevenson utilizó la materia prima de este sueño como argumento para describir la famosa novela del “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, que al correr de los años el tema central de este relato, ha terminado por ser parte integral de la cultura popular y no es frecuente escuchar personas que tratan de explicar la conducta del personaje principal.

Muchos asesinatos y atentados de gran violencia en la actualidad, son protagonizados por seres humanos que no recuerdan el por qué actuaron así, pronunciando que “no era yo mismo”, “escuché voces que me decían que lo hiciera”, “era un demonio que entró en mí y no sabía lo que hacía”, etc. Estos argumentos, suenan en gran parte como alaridos de una humanidad con cualidades arquetípicas que pertenecen a los sedimentos más universales de nuestro psiquismo.

Cada uno de nosotros lleva consigo un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde, es decir una persona afable y bondadosa en la vida cotidiana, y otra entidad oculta, tenebrosa y malévola que permanece amordazada la mayor parte de nuestras vidas, esperando emerger en el momento apropiado.
 
Bajo la máscara de nuestro Yo consciente, descansan ocultas todo tipo de emociones y conductas negativas, como la rabia, celos, vergüenza, venganza, mentira, resentimiento, lujuria, orgullo y también tendencias asesinas y/o suicidas.

Este territorio arisco e inexplorado de la mente humana, para la mayoría de nosotros es conocido en psicología como “La Sombra o Lado Oscuro del Ser Humano”, que fue lo que traté de explicarles esta noche.
Buenas noches amigos míos.